No se pudo determinar la causa de su sordera ni de sus problemas gastrointestinales, pero se identificó una predisposición a enfermedades hepáticas. Además, sus genes no coinciden con parientes que llevan su apellido.
DW
El reconocido músico y compositor Ludwig van Beethoven pidió a su médico, J.A. Schmidt, que tras su muerte describiera públicamente su progresiva pérdida de audición y sus problemas gastrointestinales para que «en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconciliara conmigo». Desde entonces, las causas de su muerte han sido un misterio.
Ahora, más de dos siglos después, un amplio equipo internacional de científicos ha cumplido su deseo y, tras analizar el ADN de cinco mechones de su pelo -previamente autentificados-, no ha encontrado explicación a su sordera ni a sus problemas gastrointestinales, pero sí ha descubierto que tenía una predisposición genética a las enfermedades hepáticas, según se detalla en un estudio publicado este miércoles (22.03.2023) por la revista Current Biology.
Dolencias gastrointestinales y posible cirrosis
Los investigadores buscaron el posible origen genético de las dolencias gastrointestinales crónicas de Beethoven y de la grave enfermedad hepática (posiblemente cirrosis) que culminó con su muerte en 1827, a los 56 años.
Los autores no encontraron una explicación genética a los problemas gastrointestinales de Beethoven, pero señalan que la celiaquía y la intolerancia a la lactosa «son muy poco probables».
Posible infección con hepatitis B
Las pruebas de ADN tampoco hallaron respuesta a ninguno de estos problemas de salud mencionados, pero descubrió factores genéticos de enfermedad hepática y pruebas de que había sufrido una infección por el virus de la hepatitis B en los meses previos a su muerte, que se vieron agravados por alcohol y el riesgo genético del compositor.
«No podemos decir definitivamente qué mató a Beethoven, pero ahora podemos al menos confirmar la presencia de un riesgo hereditario significativo y una infección por el virus de la hepatitis B», explicó Johannes Krause, del Instituto Max Planck.
¿Consumía Beethoven mucho alcohol?
«Podemos deducir de los ‘libros de conversación’ de Beethoven, que utilizó durante la última década de su vida, que su consumo de alcohol era muy regular, aunque es difícil estimar los volúmenes consumidos», afirmó Tristan Begg, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Cambridge.
Y aunque la mayoría de fuentes apuntan a que su consumo era moderado para los estándares vieneses de principios del siglo XIX, es probable que alcanzara cantidades de alcohol que hoy en día se sabe que son perjudiciales para el hígado.
«Teniendo en cuenta el historial médico conocido, es muy probable que -su muerte- se tratara de alguna combinación de estos tres factores, incluido su consumo de alcohol, actuando de forma concertada, pero futuras investigaciones tendrán que aclarar hasta qué punto estuvo implicado cada factor», añadió Begg.
El análisis no explica pérdida de audición
Respecto a la reconocida pérdida de audición, vital para un músico, el análisis de ADN no logró identificar una base genética clara, aunque los investigadores advierten de que el estudio no es suficiente para descartar esta hipótesis.
El ADN reveló un oculto pasado familiar
Además, el ADN de Beethoven guardaba otra sorpresa: Su cromosoma Y no coincide con el de ninguno de los cinco parientes actuales que llevan su apellido y comparten, según los registros genealógicos, un antepasado común paterno.
Es decir, en algún momento de las generaciones por parte del padre de Beethoven hubo un «acontecimiento» extramatrimonial: «Este hallazgo sugiere un acontecimiento de paternidad extraparental en su línea paterna entre la concepción de Hendrik van Beethoven en Kampenhout (Bélgica) hacia 1572 y la concepción de Ludwig van Beethoven siete generaciones más tarde, en 1770, en Bonn (Alemania)», concluye Begg.
En la investigación participaron la Universidad de Cambridge (Reino Unido), el Beethoven Center San Jose y la American Beethoven Society de California (Estados Unidos), La Universidad KU Leuven (Bélgica), la Universidad de Bonn, la Beethoven-Haus de Bonn, y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania).
JU (efe, afp, Universidad de Bonn)
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