Elías Vacaflor Dorakis
Considero necesario y saludable apelar a otros medios para enseñar y acercar a la ciudadanía la verdadera historia de Tarija para que conozcan los hechos tal cual sucedieron y valoren a quienes fueron sus principales protagonistas. Sumado a lo anterior, puedo asegurar que algunos capítulos de nuestra historia han sido distorsionados y descontextualizados por algunos autores que, intentando escribir nuestra historia, se dedicaron más a satisfacer su ego y se alejaron totalmente de la verdad histórica y no lograron enseñar ni valorar la verdad. Por ello, en esta oportunidad, dedicaré este trabajo a uno de protagonistas de la Historia Colonial de Tarija.
Y con el único propósito de rectificar algunos detalles de la vida y obra de nuestro héroe y acercar a la ciudadanía la verdad histórica y posicionar ésta en reemplazo de la tradición y los mitos hasta ahora tejidos, surgió la iniciativa de utilizar un inédito instrumento de trabajo para la investigación: la entrevista imaginaria.
Para nuestro cometido, habíamos elegido el 19 de septiembre de 2006, fecha esencial del Calendario Histórico de Tarija para conmemorar el 222º aniversario del natalicio de nuestro personaje de una manera diferente. Para el cumplimiento de esa premisa, presentamos en texto “Entrevista imaginaria a Eustaquio Méndez Arenas” y; en 2007, en el estudio fonográfico del Dr. y Prof. Jenaro Achá Martínez un inédito trabajo –dicho sea de paso, fueron presentados en Salta- que intenta retroceder en el tiempo y el espacio para realizar una retrospectiva de la vida y obra de Méndez. De esa manera, 19 de septiembre de 2022 podremos celebrar el 238° aniversario del nacimiento de nuestro personaje histórico.
EL MOTO MÉNDEZ: EL HÉROE
Eustaquio Méndez Arenas, se constituye en el personaje más popular e influyente y seriamente comprometido con la corriente secesionista que lideró Bernardo Trigo Espejo desde mayo de 1825 hasta octubre de 1826 hasta lograr exitosamente el rechazo a las numerosas gestiones argentinas por mantener el extenso territorio de Tarija en la jurisdicción de la Provincia de Salta y; por ende, de las Provincias Unidas del Río de La Plata, proceso que concluyó el 26 de agosto de 1826 en el Cabildo Abierto con la incorporación de Tarija a la naciente República de Bolivia.
En ese contexto, Eustaquio Méndez Arenas debe ser conocido y valorado por las actuales generaciones de tarijeños y bolivianos como un hombre que vivió y lucho por sus propias convicciones a pesar de sus limitaciones, en una época que tuvo sus propias características y dónde no todos quienes abrazaron el ideal emancipador conocían a cabalidad los postulados que los liberales de Buenos Aires y en Charcas difundían entre la población para defender los derechos humanos y principios de libertad que desde el 25 de mayo de 1809 en La Plata (hoy Sucre), y el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires eran públicos a base de los hechos sucedidos en los Estados Unidos en 1776 y la Revolución Francesa en 1789, vehementes manifestaciones populares y democráticas que hicieron tambalear al sistema político-administrativo implantado desde España.
Esos fueron los postulados que gatillaron la Guerra de la Emancipación dentro del vasto territorio del Alto Perú y duró 16 años y; significó, la ofrenda de miles de vidas que ensangrentaron todo ese extenso territorio y el de las Provincias Unidas el Río de La Plata por la decisión de la Corona española de enfrentar y sofocar la Revolución de Buenos Aires y las Provincias del Interior en las que obviamente estaba incluida el territorio de Tarija. En mayo de 1810 y; en las peores circunstancias, los menos de mil quinientos habitantes que vivían en la Villa de San Bernardo de Tarija y una mayor población rural asentada y distribuida en pequeños y alejados pueblos, sabiéndolo o no, se habían manifestado a favor de la Revolución de Mayo. Para ese objetivo, cuatro miembros del Cabildo de la Villa de Tarija: Mariano Antonio de Echazú, José Antonio Reguerín, Juan Francisco de Ruyloba y Ambrosio Catoira, dieron respuesta positiva y; junto a José Antonio Larrea, Comandante del Batallón Provincial de Caballería de Tarija, apoyaron a la Junta de Buenos Aires a través de nota remitida el 25 de junio de 1810, es decir, al mes exacto de haberse instalado la Junta Gubernativa Provisional a la cabeza del altoperuano, el potosino, Brigadier Cornelio Judas Tadeo Saavedra y Rodríguez.
De todas maneras, no debemos soslayar algunas otras necesarias referencias de carácter histórico. Singular importancia tiene el Informe elaborado por el entonces Gobernador Intendente de la Provincia de Potosí, Juan del Pino Manrique, bajo el rótulo de “Descripción de la Provincia y ciudad de Tarija” y presentada el 16 de agosto de 1785 a Su Excelencia el Rey de España a través de José de Gálvez. Este valioso informe, que para nosotros es una verdadera obra maestra, hace una minuciosa descripción de cada uno de los seis Partidos de Potosí: Porco, Chayanta, Lípez, Atacama, Chichas y Tarija. Ese es el contexto geográfico, social y cultural en el que Eustaquio Méndez Arenas nació el 19 de septiembre de 1784 y; bautizado, un día después en la Iglesia de San Lorenzo en homenaje a San Eustaquio.
Entonces, el Partido de Tarija era una realidad geográfica, cultural, social, política e histórica. Sin embargo, hubo de suceder un acontecimiento por demás traumático en la vida de los tarijeños. Por disposición del Rey de España, todo el territorio de Tarija fue incorporado a la Intendencia de Salta mediante Real Cédula de 17 de febrero de 1807, haciéndose efectiva esa incorporación el 24 de marzo de 1808. De esa manera nuestro extenso territorio (altiplano, valles, chaco y yungas), se convirtió en el teatro natural Tarija cuyos caudillos Mendieta, Rojas, Méndez, etc., estuvieron al mando de Pancho Pérez de Uriondo y; éste, de Martín Miguel de Güemes, Belgrano y Pueyrredón.
Fue la Guerra de Guerrillas la que usaron los Patriotas para enfrentarse a los Realistas cuyos connotados jefes militares vinieron desde España después de combatir y derrotar a las tropas francesas que invadieron España en 1808. Entre ellos, José Álvarez De la Serna e Hinojosa, quien prometió al Virrey del Perú Joaquín de la Pezuela recuperar Buenos Aires en mayo de 1818 y restitutir el Virreinato del Río de La Plata.
El presente trabajo, es un resumen de “Entrevista a Eustaquio Méndez Arenas” (Elías Vacaflor Dorakis, Tarija 2006 y Registro SENAPI La Paz, 2007), que contó con importantes fuentes archivísticas, bibliográficas, hemerográficas consultadas en Tarija, Sucre, Salta, Jujuy y Buenos Aires. Fueron las célebres “Memorias” de cada uno de los jefes militares que participaron en la Guerra de la Emancipación desde octubre de 1810 hasta abril de 1825. Ese paso, era necesario, pues ellos protagonizaron este capítulo de la historia de Tarija y; algunos de ellos, escribieron facetas polémicas sobre Méndez suscitadas entre 1818 a 1824. Los escritos consultados fueron: Gregorio Araoz de La Madrid sobre la obra de José María Paz (Buenos Aires, 1855), Manuel María Urcullu (Sucre, 1855), Francisco Burdett O’Connor (La Paz, 1869), Gregorio Araoz de La Madrid (Buenos Aires, 1895), y otra valiosa documentación obtenida del Archivo General de la Nación (República Argentina), como las célebres “Gaceta de Buenos Aires” (Buenos Aires, mayo de 1817), Expediente “División de Gobierno 1817 – 1818” y “Gaceta del Gobierno de Lima” (Perú, noviembre de 1818). Asimismo, corresponde resaltar las obras de historiadores españoles, bolivianos, argentinos, un estadounidense y el Expediente Judicial entre Isidoro Cavero contra Juan Pablo Murillo (San Lorenzo, 1818), Buenaventura Andrés García Camba (España, 1846), Testamento de Eustaquio Méndez Arenas (Tarija, 1849), Luis Paz (Tarija, 1892), Carlos Paz (Tarija, 1917), Miguel Ramallo (Tarija, 1917), Periódico “La Voz de La Verdad” (Tarija, 1922), Tomas O’Connor d’Arlach (La Paz, 1932), Bernardo Trigo Pacheco (1934), Joaquín Gantier (Sucre, 1945), Alberto Sánchez Rossel (Tarija, 1950), Andrés de Santa Cruz Schuhkrafft (La Paz, 1956), Charles W. Arnade (La Paz, 1964), Emilio A. Bidondo (Buenos Aires, 1968), Alberto Rodo Pantoja (Tarija, 1969), Alfonso Crespo (La Paz, 1979 y 2005), Luis Güemes “Güemes Documentado” (Buenos Aires, 1980), Carlos de Mesa (La Paz, 1998), Félix Luna (Buenos Aires, 1998), Elías Vacaflor Dorakis (Tarija, 2001), Rodolfo Campero (Buenos Aires, 2006), Rodolfo Leandro Plaza Navamuel (Salta, 2006), Felipe Pigna (Buenos Aires, 2006), y Lucía Gálvez (Tucumán, 2007).
Pero el documento de consulta más importante, sin duda, fue el testamento del Cnel. Eustaquio Méndez Arenas, elaborado por el Escribano Público de Tarija, Dr. Agustín de Mendieta el mismo 2 de mayo de 1849 en una de las celdas –llamada “el infiernillo” del Cabildo de Tarija. Este documento, una verdadera joya documental que desde 1985 estuvo en las bóvedas del Banco del Estado y; posteriormente, transferido al Banco Nacional de Bolivia (Regional Tarija), luego de las gestiones que hicieron los entonces Prefectos y Comandantes Generales del Departamento, José Roger Vaca Garzón (1985), y Germán Hoyos Delfín (1989), que instruyeron el depósito en custodia en esa prestigiosa y emblemática entidad bancaria nacional. Apelando a todos los autores arriba aludidos, se puede decir que, fueron siete las Expediciones Militares Españolas que desde el Alto Perú se dirigieron hasta las Provincias Unidas del Río de la Plata, es decir, hasta Tarija, San Salvador de Jujuy, Salta y otros territorios estratégicos.
De acuerdo a Emilio A. Bidondo, la primera invasión fue la que ejecutó Tristán en 1812; la segunda, la encaró Joaquín de la Pezuela en 1814; la tercera, fue la que más comprometió a Tarija y su territorio y se desarrolló desde inicios de 1817 al mando de José de La Serna; la cuarta, la comandó Pedro Antonio Olañeta; la quinta, nuevamente estuvo al mando de Olañeta y Jerónimo de Valdez en 1818; la sexta, que se desarrolló en 1819 y estuvo al mando de José Canterac y; la séptima, al mando del Gral. Juan Ramírez y Orozco en 1820.
Ello, significa que el territorio de Tarija al igual que los de Tupiza y Cotagaita, fue estratégico para tales ofensivas. Por esa razón, la Villa de Tarija y; su área de influencia, fue varias veces invadida y saqueadas por las tropas Realistas. En este acápite, merece especial mención el arribo de La Serna a la Villa de Tarija a fines de noviembre de 1816 para encarar la tercera invasión hacia Jujuy y Salta. Y será, a partir de enero de 1817 que La Serna se dirigirá a Jujuy. También, el 15 de abril de 1817, el territorio de Tarija fue el escenario del Combate del Campo de la Tablada de Tolomosa, acto bélico que comprometió seriamente a españoles al mando de Mateo Ramírez y Andrés de Santa Cruz y a los patriotas al mando de Gregorio Araoz de La Madrid y los “montoneros” bajo el mando del Teniente de Gobernador de Tarija “Pancho” Francisco Pérez de Uriondo y los montoneros liderados por Eustaquio Méndez Arenas y otros caudillos más.
TARIJA Y LAS INVASIONES ESPAÑOLAS DEL NORTE ARGENTINO
Retornando a las invasiones españolas, lo mismo sucedió con las heroicas ciudades de Jujuy, Salta, Tupiza, Cotagaita y otras poblaciones menores donde sobresalieron Güemes y sus gauchos. En dichas invasiones, todos los pueblos eran saqueados, su población asesinada, el ganado robado o diezmado. Es decir, la muerte y la destrucción hicieron escarnio de los pueblos patriotas, pues no se salvaron ni los niños ni las mujeres ni los ancianos. De esa manera, la población masculina joven fue decreciendo. La barbarie a través de las torturas, asesinatos, incendios intentó imponerse y acallar a los pueblos que decidieron luchar por su libertad y expulsar a los chapetones, causantes de sus males y penurias. Y por supuesto, los pueblos tarijeños como Padcaya, Concepción, Itaú, Caraparí, San Lorenzo, Las Salinas, San Luis, Toldos, Santa Ana, Chocloca, Guayabillas y otros también sufrieron el embate de las tropas españolas. De ahí el rol protagónico que desarrolló el pueblo a la cabeza de sus caudillos como Francisco y Manuel Pérez de Uriondo, Eustaquio Méndez Arenas, Ramón y Manuel Rojas, José María Avilés, Juan José Fernández y Campero, Pedro Antonio Flores, José Ignacio Mendieta, Clodomiro, Mariano y Gregorio León, Clemente Caso, Mariano Aparicio, Manuel Valverde, Pedro José Cavero, José María Peralta, José Esteban Garay, el caudillo chiriguano Cumbay y; otros centenares de anónimos patriotas dispersos en todo el territorio tarijeño, ofrendaron sus bienes y vidas por un postulado superior que había surgido allende nuestras fronteras: primero, la Declaración de independencia de los Estados Unidos de América del Norte, redactada por Jefferson y con claras influencias de Locke y de Rousseau y en la línea de la filosofía del derecho natural, y firmada entre el 2 y el 4 de julio de 1776 en el Congreso continental reunido en Filadelfia desde el año anterior y; posteriormente, la Revolución Francesa, del 14 de julio de 1789. Ese postulado se llamaba: libertad.
En ese cruento teatro, donde la destrucción se impuso y que corresponde ubicarla desde noviembre de 1810, el dolor, la muerte y el llanto, ya han fraguado el carácter de miles de paisanos. Entre ellos, un joven de apenas 26 años de edad recibirá su bautizo de sangre: Eustaquio Méndez Arenas. Murió físicamente en una habitación de la Casdona del Gral. Francisco O’Connor el 4 de mayo de 1849 y sepultado al día siguiente en el antiguo panteón de los dominicos en la ciudad de Tarija (actual Gobernación), pero vivirá en la memoria de todos quienes somos conscientes del valioso aporte que hizo.
Corría el año de 1784, un año antes que el Partido de Chichas dentro de la Provincia de Potosí fuera dividido en dos: Chichas, con su capital Tupiza y; Tarija, con su capital la villa de San Bernardo. En un caserío llamado Churqui Huayco, cerca de Canasmoro en la jurisdicción del Curato de San Lorenzo, nació Eustaquio Méndez Arenas. El original de la Partida de Nacimiento se encuentra en la Parroquia de San Lorenzo, Capital de la Provincia Méndez del Departamento de Tarija.
EUSTAQUIO MÉNDEZ ARENAS SIGUE VIVO ENTRE NOSOTROS
Además de otros, dos son los tópicos específicos que en este trabajo deseo dejar como verdades históricas. Con documentación que servirá de respaldo, obtenida en los Archivos de Lima (Perú), Salta (Argentina), y Sucre (Bolivia), quiero de manera vehemente y responsable, desmentir y desmitificar aquellas inexactitudes que durante décadas fueron transmitidas a miles de tarijeños y millones de bolivianos.
EL VERDADERO NOMBRE DEL HÉROE
Eustaquio, fue el único y verdadero nombre de nuestro héroe. El Archivo Parroquial de San Lorenzo, posee una valiosa colección de Libros de Registros. El “Libro de Bautismos de Españoles y Principia desde 1784 y termina en el año de 1806”, contiene la página que tiene un total de seis registros de nacimiento. El quinto de ellos, corresponde a Eustaquio. Por lo tanto, es incorrecto e inexacto llamarlo José Eustaquio.
En esta sancta Yglecia y beneficio de San Lorenzo y Valle de Tarija la Vieja en veinte días del mes de septiembre de mill setecientos ochenta y quatro años yo el licenciado don Joseph Mariano de Miranda de licencia barrochi de dicho beneficio bauticé puse óleo y chrisma a Eustaquio de un día hijo legítimo de Juan Méndez y de Maria Arenas españoles residentes en Canasmoro esta doctrina fue padrino el señor ministro don Joseph de Aldana que sabe las obligaciones de padrino siendo testigo Santos Churque y para que conste lo firmo.- Josef Mariano Miranda
LA VERDAD SOBRE QUÉ MANO, QUÉ FECHA Y DÓNDE SUFRIÓ SU MUTILACIÓN
A Eustaquio Méndez Arenas se le cortó la mano derecha por órdenes expresas de don José de la Serna, General en Jefe de las Tropas del Rey en el Alto Perú. Quién ejecutó dicha orden fue el Cnel. Antonio Vigil, Comandante de los Húsares de Fernando VII, a fines de agosto de 1818 luego de derrotar y atrapar a Méndez en una escaramuza. Por lo tanto, es incorrecto e inexacto decir que Méndez perdió una de sus extremidades superiores: primero, al haberse caído del caballo; segundo, que le picó una víbora y; tercero, que él se cortó voluntariamente luego de haber ofendido a su Madre. Asimismo, es incorrecto e inexacto aseverar que Méndez perdió su mano durante la Batalla de La Tablada de Tolomosa, sino, como lo hemos dicho líneas arriba, ello sucedió a fines de agosto de 1818 entre Itaú y Caraparí, en la frontera Sudeste de la Provincia de Tarija.
TRAGEDIA Y OCASO DE EUSTAQUIO MÉNDEZ ARENAS
Definitivamente, es necesario y saludable, apelar a otros medios para rectificar la Historia de Tarija. Pues, si en verdad queremos enseñar la verdadera historia, debemos trabajar para que se conozcan los hechos tal cual sucedieron y valoren a quienes fueron sus principales protagonistas, especialmente de aquellos que escribieron las páginas más importantes.
Pues, después de constatar algunos trabajos publicados a fines del Siglo XIX e inicios del XX, puedo asegurar que algunos hechos han sido distorsionados y descontextualizados por algunos historiadores tarijeños, que al intentar escribir nuestra historia, se dedicaron más a satisfacer su ego y se alejaron totalmente de la verdad y; más al contrario, posicionaron mitos y leyendas, que terminaron erosionaron irremediablemente la Historia de Tarija y ofendieron la memoria de muchos de sus protagonistas. Entonces, a la hora de reconstruir la vida de personajes como Eustaquio Méndez Arenas, que tuvo una actuación destacada en muchos acontecimientos históricos de un pasado glorioso de Tarija, me encontré con muchas dificultades para conocer y explicar qué sucedió en los últimos meses de su vida, ya sea por la ausencia de documentación concreta y porque las pocas referencias y testimonios obtenidos, pecan de contradictorios o por la conjunción de ambas circunstancias.
En ese entendido, es preciso mencionar un valioso expediente que, a pesar de su importancia y valor documental útil para rectificar el último capítulo de la vida de Méndez, nunca se quiso que sea público y al correr el tiempo, fue olvidado. No podemos entender, el cómo, teniendo la verdad escrita a disposición, continuaron escribiendo mentiras y tergiversando la última voluntad de Méndez, llegando al extremo de mandar construir un monumento en la Plaza de San Lorenzo y; al pie del mismo, segmentos de un testamento apócrifo. Inclusive, hasta la fecha se continúa llamando erróneamente José Eustaquio. Es decir, nunca se quiso realizar las aclaraciones necesarias. Por qué…?
El testamento original del Cnel. Eustaquio Méndez Arenas, expediente que consta de 11 folios, lo conocí el año de 1997 y accedí a fotografiar y grabar tan histórico documento. Por gestiones ponderables e instrucciones de los ex Prefectos y Comandantes Generales del Departamento de Tarija, José Roger Vaca Garzón (1985), y Germán Hoyos Delfín (1989), los originales fueron depositados y se conservan desde 1986 en las bóvedas del Banco Nacional de Bolivia (Regional Tarija), junto a otros documentos originales rubricados entre los años de 1574 y 1577 por Luis de Fuentes y Vargas, fundador de la Villa de San Bernardo de Tarija.
El estudio y análisis de otras fuentes archivísticas y bibliográficas obtenidas en la Parroquia de San Lorenzo (Tarija), Tarija, Sucre, La Paz, Salta, Buenos Aires y Lima, son indiscutibles y; a base de ellos, posicionaré la verdad histórica sobre esta faceta desconocida de Méndez. Por orden cronológico, los documentos consultados, fueron:
- La Partida de Nacimiento. El original se encuentra en el Archivo Histórico de la Parroquia de la Iglesia de San Lorenzo. Eustaquio Méndez Arenas, nació el 19 de septiembre de 1784 en el caserío de Churqui Huayco y bautizado en la Iglesia de San Lorenzo el 20 del mismo mes con un solo nombre: Eustaquio. Su padrino fue, el Dr. José de Aldana.
- Gaceta del Gobierno de Lima (edición del 16 de diciembre de 1818). El General en Jefe de las Tropas del Rey en el Alto Perú, José de La Serna e Hinojosa le otorgó el grado de Teniente Coronel de Milicias a Eustaquio Méndez Arenas, de acuerdo al Informe que aquel remitió desde Tupiza el 3 de noviembre al Virrey de Lima, Joaquín de la Pezuela.
- El Libertador Simón Bolívar mediante orden rubricada en Potosí el 3 de febrero de 1825 otorgó a Méndez el grado de Coronel de las Milicias de Infantería de Tarija (Archivo Histórico de Salta)
- “Testamento” dictado ante el Dr. Agustín de Mendieta el 2 de mayo de 1849 (Banco Nacional de Bolivia)
- Certificado de Defunción señala que fue enterrado el 5 de mayo en el panteón de la Iglesia Matriz (hoy Catedral)
- “Centenario de La Tablada – 1817 – 4 de mayo – 1917”. Carlos Paz (Imprenta de J. Adolfo León, Tarija, 1917)
- “Rectificación Histórica – Batalla de la Tablada 15 de abril de 1817”. Miguel Ramallo y Fray Pedro Corvera (Tipografía “Antoniana”, Tarija, 1917)
- “Las Tejas de mi techo”. Bernardo Trigo Pacheco (Primera Edición, Editorial “Universo”, Tarija, abril de 1934)
- “Voces del Guadalquivir”. Centro Social y Cultural “Tarija” (La Paz, 1969)
- “Tarija y sus valores humanos”. Bernardo Trigo Pacheco (Imprenta “Universitaria” Tomo I, Tarija 1978)
- “Cnel. Eustaquio Méndez – El Moto”. Universidad Autónoma “Juan Misael Saracho” (Imprenta Universitaria, Tarija, 1984). El Parte Militar de 30 de abril de 1849 sobre el combate de Santa Bárbara y Testamento de 2 de mayo de 1849 de Eustaquio Méndez A.
- “Diccionario Jurídico Elemental” Guillermo Cabanellas de Torres (Editorial “Heliasta” S.R.L. Buenos Aires, 1979)
- “Güemes Documentado” Luis Güemes (Editorial “Plus Ultra”, Tomo IV, Buenos Aires, 1980). “Carta escrita al Señor General don Francisco Uriondo, Teniente Coronel, Tarija, 22 de abril de 1817”.
- “Güemes Documentado” Luis Güemes (Editorial “Plus Ultra”, Tomo V, Buenos Aires, 1980). “Gaceta del Gobierno de Lima” (“Documentos Realistas – El General en Jefe de las Tropas del Rey en el Alto Perú a la Superioridad). José de La Serna e Hinojosa le otorgó el grado de Teniente Coronel de Milicias a Eustaquio Méndez Arenas de acuerdo al Informe que aquel remitió desde Tupiza el 3 de noviembre al Virrey de Lima, Joaquín de la Pezuela.
- “Güemes Documentado” Luis Güemes (Editorial “Plus Ultra”, Tomo VI, Buenos Aires, 1980). “Carta de Belgrano a Güemes”
- “Güemes Documentado” Luis Güemes (Editorial “Plus Ultra”, Tomo IX, Buenos Aires, 1984). “Oficios de Daniel Ferreira a Güemes, Orán, 20 de agosto de 1819”
- “Corpus Documental – Historia de Tarija”. Tomo V. Erick Langer y Zulema Bass Werner de Ruiz (Imprenta “UAJMS”, Tarija, 1988)
- “Derecho Romano – Diccionario Temático” Augusto Jordán Quiroga (Editorial “Arol” Cochabamba, 1990)
- El busto al Cnel. Eustaquio Méndez Arenas que se encuentra en la Rotonda Vial de CODETAR fue instalado el 15 de abril de 1985 durante la gestión como Presidente del H. Concejo Municipal de Tarija del Cnel. Jorge Barrenechea Guzmán (Cadete del Batallón Tres Pasos al Frente y Héroe de la Guerra del Chaco)
Por lo tanto, él presente trabajo se constituye como el primero de investigación e interpretación de estos seis (6), documentos vitales para rectificar la vida y obra de Méndez. Pues, como habré de demostrar, tuvieron, tienen y tendrán un significado muy especial para denunciar, esclarecer y posicionar la verdad. Haré especial hincapié en dos de ellos: “La Gaceta del Gobierno de Lima”, el “Parte Militar de la batalla de Santa Bárbara”, fasto militar que fue ignorado por más de 160 años hasta la fecha y la versión original del testamento.
30 DE ABRIL DE 1849: EL COMBATE DE “SANTA BÁRBARA”
En esta oportunidad, me referiré en concreto a un hecho totalmente desconocido en la historiografía tarijeña; por lo tanto, es la primera vez que es objeto de un trabajo y su respectiva publicación. Se trata de los acontecimientos suscitados entre el 30 de abril al 5 de mayo de 1849 y; a su principal protagonista: Eustaquio Méndez Arenas. Él, es nuestro hombre histórico. Y, con el único propósito de rectificar algunos detalles de su vida, fue necesario trabajar y ubicar incuestionables documentos, que me permitieron posicionar la verdad histórica. Esos documentos, ignorados por décadas, facilitaron que se haya mutilado y tergiversado la vida de Méndez, con la imposición de protagonistas, hechos y fechas inventados. Para el cumplimiento de esos objetivos, dediqué años en buscar todas las fuentes necesarias que me dieran la oportunidad de contextualizar los hechos tal cual sucedieron entre el 30 de abril y 5 de mayo de 1849.
En ese entendido, es necesario decir que el fatídico desenlace del 30 de abril de 1849, tuvo un motivo: el odio y rivalidad entre José Miguel de Velasco y Manuel Isidoro Belzu. El 6 de diciembre de 1848, Belzu derrotó a Velasco en la batalla de Yamparaez y asumió la Presidencia Provisoria del país. Escapando los vencidos a la Argentina, y desde allí tramaron resistencia e ingresaron a Bolivia por la frontera sur; es decir, por Argentina.
La tropa estaba al mando del Gral. Sebastián Agreda y del Cnel. José Rosendi, acólitos de José Miguel de Velasco, que ante la escasa defensa que ofreció el Prefecto de Tarija, Pedro González y el Comandante Militar, Cnel. Gandarillas, ingresaron y ocuparon la Ciudad de Tarija para cumplir dos órdenes expresas: desestabilizar al Gobierno de Manuel Isidoro Belzu y atrapar a Eustaquio Méndez Arenas.
Méndez, anoticiado de la situación imperante, organizó un Escuadrón de 500 chapacos y; al mediodía del lunes 30 de abril de 1849, se dirigió desde San Lorenzo a la Ciudad de Tarija. En el lugar denominado Santa Bárbara a escasos dos kilómetros al Sur del pueblito de San Lorenzo, aproximadamente a las 17:30 ambas tropas se enfrentaron y; luego del cruce de fuego, se impuso la tropa al mando de Rosendi.
Méndez y algunos de sus hombres lograron escapar dirigiéndose hacia San Mateo y Las Barrancas pero fueron alcanzados. Méndez, muy mal herido, cayó de su caballo para luego ser atrapado. Ultrajado y torturado brutalmente, fue trasladado a lomo de animal hasta la cárcel del Cabildo Capitular en la Ciudad de Tarija, y en la celda denominada “infiernillo”, continuó siendo objeto de torturas.
El Parte Militar Oficial, dice lo siguiente:
República Boliviana
E.M. General del Ejército
Cuartel General en San Lorenzo, a 1 de mayo de 1849
Al Señor Secretario General de S.E. el Presidente de la República.-
Después de seis días de esforzadas marchas, ocupó el día de ayer la División de Operaciones del Ejército Nacional la Capital de Tarija. Con noticia de que los rebeldes al mando del caudillo Eustaquio Méndez se hallaban en el Cantón de San Lorenzo, continuó su marcha con el objeto de destruirlos. A las cinco y media de la tarde los encontramos posesionados de las alturas de “Santa Bárbara” en el número de quinientos hombres de ambas armas. Diez minutos fueron suficientes para destruirlos completamente. Su infantería quedó toda prisionera, y la caballería cargada y perseguida por la nuestra, se dio a la fuga. En la obstinada persecución que se le hizo, fue hecho prisionero con graves heridas el caudillo Méndez. Se cree que morirá. S.E. el General en Jefe juzga que este acontecimiento afianzará para siempre la causa de la razón y proporcionará al Ejército Nacional un completo triunfo sobre todos los traidores. Al participarle a V.G. de orden de S.E. el General en jefe, con el fin de que se sirva elevarlo al conocimiento de S.E. el Presidente Provisional de la República, me suscribo de V.G. Atento servidor
S. Agreda.
En la cárcel permaneció aislado, y sometido a todo tipo de vejámenes por sus captores hasta el 2 de mayo, situación que provocó que su salud se deteriorara aún más. En ese grave cuadro de situación, ese mismo día, a la una de la tarde, Méndez dictó su testamento ante el Escribano Público, Dr. Agustín de Mendieta, antiguo amigo y compañero.
Inmediatamente, la Señora Francisca Ruyloba de O’Connor, en un gesto que la enaltece por su humanismo, interpuso sus buenas gestiones y logró convencer al Prefecto golpista Gral. Sebastián Agreda para que Méndez sea trasladado al domicilio del Gral. O’Connor y; ahí, reciba los auxilios necesarios. Aceptada la solicitud, fue trasladado y allí permaneció hasta el día de su muerte. Al anochecer del viernes 4 de mayo de 1849, a la edad de 65 años, en la habitación cercana a la vieja cocina -sobre la actual calle Bolívar, falleció el Méndez.
El Certificado de Defunción, dice:
En esta Santa Iglesia Matriz de la Ciudad de Tarija, el día cinco de mayo de 1849 fue enterrado en este panteón con oficio rezado el cuerpo mayor de Eustaquio Méndez, blanco, de edad como de sesenta años, marido de María Rojas de Carachimayo; recibió los sacramentos de confesión, viático y extrema unción de mis manos y para que conste firmo yo el rector y gobernador delegado.
Dr. José M. Rodo
Respecto a los restos mortales del héroe, éstos nunca fueron encontrados. La Urna Funeraria que se encuentra en la Casa Museo y la tumba en el Cementerio General en San Lorenzo, sólo son repositorios simbólicos.
Esta es la reseña histórica del héroe y caudillo indiscutible, cuya realización vital se movió en la jurisdicción de la otrora Provincia de Tarija, pero cuya fama trascendió las fronteras entre la gloria y el fracaso, entre el exterminio y la destrucción, entre el silencio y el terror y el respeto de propios y extraños por su protagonismo. Es, entonces, la historia de una vida repleta de triunfos y satisfacciones, pero también, de esfuerzos, carencias, tristezas, penalidades, deslealtades e innumerables sinsabores vividos cerca y al mismo tiempo lejos de su familia. Ese es el precio de la fama y la gloria y; el común denominador que se arraigó entre la memoria colectiva del pueblo tarijeño y siempre se impuso: el olvido y la indiferencia.
Comentarios