La sal marina aparecía con un cartel de «agotado» en muchos supermercados y plataformas chinas de comercio electrónico ante el pánico que ha generado el vertido del agua proveniente de la central nuclear de Fukushima (Japón) al Océano Pacífico, informaron varios medios de comunicación chinos.
Tras una infructuosa campaña de presión a Japón para impedir el vertido, las autoridades chinas anunciaron la semana pasada que suspendían la importación de todos los productos acuáticos procedentes de la nación insular para «prevenir el riesgo de contaminación radiactiva» por las aguas tratadas de la central nuclear, destruida en 2011 por un masivo terremoto y tsunami.
Comprar sal de manera racional
En imágenes que recuerdan a la irracional compra del papel higiénico durante la pandemia del Covid-19, los ciudadanos chinos agotaron los suministros de la sal yodada en algunas ciudades del país, con el fin de abastecerse antes de que la «sal contaminada» llegue a China, o para obtener una supuesta protección frente a la radiación, una creencia falsa.
En respuesta, las autoridades locales hicieron un llamado a la calma y prometieron «garantizar la estabilidad de la cadena de suministro y existencias suficientes de sal culinaria», además de instar a la gente a «comprar sal racionalmente de acuerdo con sus necesidades».
«Realmente no es necesario acumular sal, pero cuando vi a mucha gente comprando por pánico esta mañana, pedí tranquilamente 10 paquetes», escribió un usuario en la plataforma de microblogging Weibo.
Miedo a comprar pescados y mariscos
Asimismo, muchos vendedores de pescados y mariscos locales se vieron afectados por el anuncio del Gobierno chino. Es probable que muchos pescadores pierdan clientes, quienes se niegan a comprar productos por temor a que estén contaminados.
«Creo que influirá un poco en la gente que come marisco, aunque no sea de Japón, no hay nada que podamos hacer al respecto», dijo un vendedor apellidado Wang, que no quiso dar su nombre completo por razones de privacidad. Antes de la medida adoptada por Japón, «venía mucha gente todos los días. Ahora no hay nada de movimiento, nadie compra», señaló Chen Yongyao, empleado de una tienda de marisco congelado de Jiangyang.
Aumenta la demanda y el valor
El medio chino Yicai apunta que muchas empresas productoras de sal cotizadas en la bolsa vieron importantes subidas en el precio de sus acciones ante el súbito aumento de la demanda.
El medio oficial Global Times, en tanto, asegura que el aumento de un 232% en la búsqueda de detectores de radiación, «que puedan ser utilizados en comida y cosméticos importados», como las ventas de este tipo de dispositivos, coincide con el anuncio japonés sobre el vertimiento y la reacción del Gobierno chino.
Tensas relaciones entre China y Japón
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino calificó a Japón de «egoísta» e «irresponsable» por el vertido. Según la Cancillería, se trata de «una cuestión de materia de seguridad nuclear cuyo impacto va más allá de las fronteras de Japón». Pekín ha reclamado en los últimos días a Japón que detenga su plan, y en julio anunció que mantendrá «un alto grado de vigilancia» sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón.
Desde 2011, China mantenía una prohibición de importar comida desde una decena de las 47 prefecturas que componen la nación insular, entre ellas la de Fukushima, y revisaba «de forma estricta» toda la documentación de los alimentos llegados desde otras partes de Japón, especialmente en el caso de productos acuáticos como el marisco.
Godzilla y noticias falsas
Además de la falsa protección de la sal yodada frente a la radiación, algunos medios de comunicación estatales y autoridades chinas han estado esparciendo en las redes sociales noticias falsas o vínculos de lo acontecido con el monstruo de ficción de origen japonés Godzilla.
«Al verter al mar el agua contaminada por la energía nuclear de #Fukushima, Japón está soltando al mundo a «Godzilla», la encarnación de su propio trauma nuclear», afirmó Zhang Meifang en X -antes Twitter-, cónsul china en Belfast (Irlanda del Norte).
También se han hecho virales animaciones falsas que muestran material nuclear filtrándose en el Pacífico. Una de ellas mostraba rayas de color rojo y púrpura intenso desplegándose por el Pacífico desde el este de Japón, que se publicó ampliamente en cuentas de redes sociales chinas con cientos de millones de seguidores. El vídeo en cuestión muestra una simulación creada en 2012 del accidente de Fukushima del Centro GEOMAR Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel, en Alemania.
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