EL DEBER
Argentina no es un caso aislado de la trata y tráfico de personas. Este país es parte de otra ruta de este delito y también las víctimas son reclutadas por mafias nacionales. Entre 2020 y 2022, en el norte argentino se rescataron a 3.400 personas, una mayoría son bolivianos. En esta nación las bandas explotan a las víctimas de diferentes formas: trabajo forzoso sin pago y sexualmente.
Gustavo Vera, director del Comité Ejecutivo de Lucha Contra la Trata y Explotación de Personas y para la Asistencia a las Víctimas del Ministerio de Justicia de Argentina, visitó la provincia de Jujuy para conformar una mesa con autoridades bolivianas para abordar la problemática de la trata y el tráfico de personas.
“Nos pusimos de acuerdo en trabajar con un sistema de cooperación para formar inmediatamente un grupo de trabajo”, afirmó Vera en entrevista con Canal 7 de Jujuy. Asimismo, la autoridad recalcó que en simultáneo el objetivo es “generar capacitaciones y tareas de visibilización”.
“La idea es reunirnos cada dos o tres meses y estar en contacto permanente, que haya una especie de teléfono rojo, cada vez que haya una situación de desaparición podamos actuar rápidamente”, planteó el funcionario argentino.
Vera detalló que entre 2020 y 2022 ingresaron 4.800 denuncias y se rescataron 3.400 personas que llegaron al norte argentino desde Bolivia. “Es una cantidad extraordinaria: mitad por explotación laboral y mitad por explotación sexual”, remarcó el funcionario.
Con sueños
Cruzan la frontera pensando que vendrán días mejores. Saben que van a Argentina a trabajar, pero lo que no saben es que serán explotadas con trabajos forzosos con muy poca remuneración económica. En el vecino país hay muchos varones y mujeres bolivianos que sufren este tipo de abuso. En un número similar hay víctimas de la explotación sexual.
Hace un mes, la Policía de Buenos Aires allanó un domicilio de la localidad de Villa Celina, partido de La Matanza, donde funcionaba un taller clandestino de costura y donde eran explotadas laboralmente al menos 25 personas. Todos de nacionalidad boliviana. El dueño de la empresa, también boliviano.
La Dirección de Investigaciones de Trata de Personas y Operaciones Complejas de la Fiscalía de Argentina detectó que en el grupo de los 25 bolivianos había menores de edad. Lo peor de este caso es que el explotador también es boliviano. El dueño de la fábrica textil abusó a sus connacionales cobrando alquiler por cuartos oscuros sin servicios. El pago: mucho menos de lo que se acordó en Bolivia. Así, hay varios casos de explotación laboral en Argentina.
En otros países la trata se da más para la explotación sexual dirigida por extranjeros, pero en suelo argentino el boliviano abusa y explota a su compatriota con trabajo forzoso y pagos mínimos. Además, son amenazados para que no denuncien su situación y son privados de libertad, ya que pueden trabajar cerca de 18 horas en un mismo día.
Las redes de trata y tráfico de personas buscan en Bolivia a ciudadanos de escasos recursos y les ofrecen trabajo en Argentina con buenas condiciones. Aceptan y se van a la frontera. La mayoría son jóvenes. Hay tres puntos para el paso a Argentina: Villazón, Yacuiba y Bermejo. Los dos primeros son los más utilizados, ya que existen rutas alternas ilegales al paso migratorio.
Muchas de las víctimas no cuentan con documentos. Es más, algunos no tienen un certificado de nacimiento. Eso es como si no existieran. La Gendarmería encontró a niñas sin identidad.
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