LOS TIEMPOS
El ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, manifestó ayer que el Gobierno está abierto a evaluar cómo “optimizar” el uso de los energéticos en el país “sin golpear a la economía popular”. Hizo estas declaraciones después de que se le consultó su postura sobre focalizar la subvención a los combustibles para reducir el gasto económico del país.
“En relación con que se tenga que optimizar el uso de nuestros energéticos, de seguro que lo vamos a siempre evaluar, en términos que no se golpee la economía popular. La economía popular es la que siempre nosotros vamos a resguardar”, dijo Montenegro en conferencia de prensa.
Acotó que el Ministerio de Hidrocarburos y Energía “ya ha ido evaluando una serie de medidas para optimizar el uso de nuestros energéticos dentro del parque automotor, y seguro lo irán anunciando de manera oportuna”.
El 21 de marzo, la Fundación Jubileo, en un pronunciamiento, resaltó la urgencia de debatir la refocalización de la subvención a los combustibles, que actualmente llega al 100 por ciento de la población y promueve indirectamente el contrabando.
“El país no puede darse el lujo de continuar con una subvención ciega que beneficia no sólo a la población vulnerable, sino también a quienes sí tienen la posibilidad de pagar el precio real del combustible que consumen”, señaló Jubileo.
El investigador en Energía e Hidrocarburos de la Fundación Jubileo, Raúl Velásquez, dijo que el principal objetivo es “promover el debate”, y que tanto las autoridades como la población en general reconozcan las distorsiones de la subvención y su impacto en la economía.
“La preocupación central es que no podemos seguir viendo cómo se desangra la economía en una subvención ciega que no distingue el tipo de consumidor”, dijo Velásquez.
Acotó que coincide con Montenegro en que una refocalización de la subvención no debe afectar a los sectores más vulnerables.
Asimismo, se refirió al anuncio que hizo el pasado fin de semana el presidente de YPFB, Armin Dorgathen, de que se revertirán algunos ductos para importar petróleo y diésel, y así ahorrar hasta 500 millones de dólares en la importación de combustibles para el segundo semestre de 2023. Velásquez dijo que, si bien esto puede ser útil para mejorar el flujo de caja de la empresa estatal, no resuelve el problema de fondo.
El especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos dijo que la subvención a los energéticos es “insostenible en el largo plazo” y “perniciosa para el país”, porque no sólo beneficia a los que más necesitan, sino también a los que más energía consumen.
En su criterio, la refocalización de las subvenciones debería comenzar con el Gas Licuado de Petróleo (GLP), antes que con otros energéticos.
“Con el diésel y la gasolina es más complicado porque es más difícil definir a qué sectores beneficiarán los combustibles” y, con una focalización del subsidio, se corre el riesgo de generar un “mercado negro” en el que aquellos que reciben el beneficio vendan el producto a un mayor precio a los que no, alertó Ríos.
Acusaciones contra Evo
El ministro de Economía también manifestó que los ingresos por venta de gas natural cayeron, porque en el gobierno de Evo Morales no se hizo las inversiones necesarias en exploración. “Actualmente, la economía boliviana está pagando la factura de no haber hecho esa inversión”, manifestó.
Detalló que en 2014 se ejecutó una inversión de 646 millones de dólares, pero en 2018 ésta cayó a 162 millones (ver infografía).
Asimismo, señaló que el déficit público ya venía desde antes de la pandemia del coronavirus (principios de 2020), y que en la gestión de Luis Arce éste, si bien continuó, se redujo en porcentaje.
“Nuestro compañero Evo Morales nunca ha vivido una situación tan compleja como la que nosotros hemos tenido que afrontar, y hemos sabido salir adelante”, aseguró.
El ministro de Hidrocarburos y Energía, Franklin Molina, señaló que, evidentemente, la baja inversión en exploración años atrás afectó la producción declinante de gas que se ve hoy en día. “Eso ha tenido un efecto definitivamente, pero yo me quedo con lo que nosotros estamos haciendo. En 2021 lanzamos un plan exploratorio con más de 1.500 millones de dólares de inversión que se va ejecutando”.
De una producción aproximada de 60 millones de metros cúbicos al día (MMm3d) de gas producido en 2014, en 2022 se cerró con alrededor de 40 MMm3d, y para este año ya bajó a 38 MMm3d. Molina dijo que se espera mantener la producción en este nivel y evitar un mayor colapso.
En 2022 el gasto subió en 92%
En 2022, Bolivia gastó 4.320 millones de dólares en la importación de combustibles, un 92 por ciento más que en 2021, cuando se erogó 2.250 millones para el mismo fin.
La guerra entre Rusia y Ucrania disparó el precio del petróleo y sus derivados, lo cual ocasionó un mayor costo para comprar gasolina y diésel.
Además, el gobierno aplica una política total de subvención de los combustibles, que se venden a una tercera parte del costo real en el territorio nacional. Esto se constituye en un incentivo indirecto al delito de contrabando.
Comentarios