Para la lectura del fallo, la causa de fondo sobre la naturaleza de estas aguas ya había desaparecido porque el país admitió la existencia de un cauce internacional. La Corte desestimó compensaciones.
EL DEBER
Acabó el pleito. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ya no tuvo que pronunciarse sobre “la naturaleza” de las aguas del Silala porque Bolivia declaró que era un río. Por eso fue que Chile celebró.
El fallo, emitido ayer por el máximo tribunal de justicia de Naciones Unidas, tampoco tuvo que referirse a la soberanía de Bolivia respecto a las aguas y los canales próximos al Silala, porque Chile así lo reconoció durante las alegaciones escritas y orales.
“La Corte constata que Bolivia reconoce que las aguas del Silala se clasifican como un curso de agua internacional. También consta que mantiene que las características únicas del río deben tenerse en cuenta a la hora de aplicar las normas del derecho internacional consuetudinario”, declaró la jueza estadounidense Joan Donoghue, presidenta del Tribunal al leer el fallo sobre el estatus de las aguas del Silala que está en el cantón Quetena de la provincia Nor Lípez de Potosí.
La historia judicial comenzó el 6 de junio de 2016, cuando Chile demandó a Bolivia para que se declare al Silala un río internacional y que, como tal, tenga el derecho a usarlo de manera equitativa. Además, demandó al país para que asuma responsabilidades para mantener la calidad de las aguas.
Donoghue subrayó, durante la lectura del fallo, que se demoró algo más de una hora, que la Corte “no está llamada a tomar ninguna decisión” sobre estos puntos de la disputa entre Bolivia y Chile e instó a las dos partes a cooperar.
En el veredicto, inapelable y de estricto cumplimiento, la CIJ consideró que las reclamaciones de Chile habían quedado resueltas durante el proceso judicial y señala que “ya no tiene ningún objeto, y, por tanto, el tribunal no estaba llamado a tomar ninguna decisión” respecto a disputas que aún se encuentren activas.
Bolivia respondió a Chile en una contramemoria el 3 de septiembre de 2018 y casi un año después, el 15 de mayo de 2019, presentó una contrademanda (reconvención) de tres puntos con la que pide que se le reconozca “la soberanía sobre los canales artificiales y mecanismos de drenaje” que están en el Silala.
Fue en esa fecha de 2019 -según el fallo leído ayer y los alegatos escritos publicados por la CIJ- que Bolivia pidió que se admita tuición soberana sobre “el cauce artificial de las aguas del Silala que hayan sido manipuladas, mejoradas” y que “Chile no tiene derecho a ese artificial caudal”. Sobre estos dos petitorios, la Corte no halló sustancia para pronunciarse, precisamente, por las coincidencias a las que arribaron estas dos naciones durante el proceso legal que finalizó ayer.
Sobre la tercera demanda, la Corte sí se pronunció con una moción de rechazo. Lo hizo por unanimidad de los 16 jueces que forman parte del máximo tribunal internacional. Bolivia había solicitado a la CIJ que, “cualquier entrega de Bolivia a Chile de las aguas del flujo artificial del Silala y las condiciones y modalidades de la misma, incluida la compensación a ser pagada por dicha entrega, estarían sujetos a la conclusión de un acuerdo con Bolivia”.
“Se rechaza la reconvención formulada por el Estado Plurinacional de Bolivia en su escrito final C” se lee en la sentencia presentada por Donoghue. La jueza, en las consideraciones iniciales apuntó que los jueces del tribunal no podían establecer fallos sobre cuestiones hipotéticas y planteó una aclaración sobre la demanda de compensaciones sobre las aguas.
“Bolivia no declara, en este procedimiento, que Chile deba compensación a Bolivia por los usos del pasado del agua del Silala”, apuntó la presidenta de la CIJ.
De este modo, se sepultó la aspiración de Potosí que durante varios años reclamó “la deuda histórica” por el uso de las aguas del Silala, desde que comenzaron a ser usadas para las antiguas locomotoras a vapor de la empresa anglochilena The Antofagasta Railway Company Limited, a merced de un acuerdo suscrito en 1908.
Ese fue el sentimiento con el que el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) recibió la noticia del dictamen. Desde la entidad, anticiparon una demanda contra el líder del MAS, Evo Morales, quien fue presidente del país cuando comenzó el proceso legal. “Se está ratificando desde la Corte de La Haya que (el Silala) es un río internacional y con acuerdos que han asumido tanto Bolivia como Chile. Por esto, nos sentimos traicionados por estos irresponsables que tenían que ir a defender nuestra soberanía y no lo han hecho”, señaló la presidenta de Comcipo, Roxana Grass, tras el dictamen.
“Esta demanda nos cuesta tantos millones al Estado y al pueblo boliviano, nosotros como diputado iniciaremos juicio de responsabilidades contra el señor Evo Morales y su equipo jurídico”, anunció luego el diputado Rolando Cuéllar (MAS), quien forma parte de llamada bancada “renovadora” del gobernante MAS, que enfrenta una crisis interna.
“Recordarle a Cuéllar que en los últimos años, durante la gestión de Luis Arce y David Choquehuanca, se han realizado todos los alegatos, se han presentado todas las pruebas. Si hoy se sospecha que no se hizo una buena defensa, entonces, más bien los responsables están pues hoy en nuestro Gobierno”, respondió el diputado Héctor Arce, uno de los más próximos a Evo Morales.
Pero Evo optó por la línea institucional que adoptó la Cancillería. Destacó “el esfuerzo de nuestros exembajadores, excancilleres, exministros y expertos internacionales que trabajaron con dedicación y patriotismo” y destacó el hecho de que la CIJ haya ratificado la soberanía del país sobre los canales del Silala. El exmandatario no se refirió al “río”.
“La Corte Internacional de Justicia ratifica nuestros derechos sobre las aguas del Silala y nuestra soberanía sobre el desmantelamiento de los canales artificiales. Bolivia resolvió la controversia con un pueblo hermano gracias al trabajo basado en estudios científicos y a nuestra estrategia de relaciones internacionales. Continuaremos esta labor en beneficio de los pueblos”, escribió el presidente Luis Arce en sus redes.
El clima en Chile fue distinto. Allí el presidente Gabriel Boric emitió un mensaje junto a su gabinete y fue enfático cuando dijo que su país “no debe compensación alguna a Bolivia por el uso que ha hecho de las aguas del río Silala. Esto es relevante porque nuevamente Chile obtiene una certeza jurídica respecto a un tema que en un comienzo Bolivia disputaba”, resaltó el mandatario.
Además, dijo que “Bolivia fue poco a poco reconociendo las posiciones chilenas y allanándose a las mismas. Reconoció que el sistema hídrico del río Silala es un curso de agua internacional”.
El expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, quien fue agente en esta causa, afirmó que “no hubo ni ganadores ni vencidos” en este proceso y valoró el carácter científico de las pruebas que presentó.
Jaime Aparicio, quien fue agente ante la CIJ en 2020, consideró que hubo una derrota por la improvisación de los gobiernos del MAS.
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