El pasado abril, Bolivia y Chile comparecieron ante la Corte Internacional de Justicai (CIJ) por el tema de las aguas del Silala. | Cortesía

Analistas prevén fallo adverso por aguas del Silala, el 1 de diciembre

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LOS TIEMPOS

A pocos días del 1 de diciembre, todo hace prever que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Holanda, emitirá un fallo adverso para Bolivia en el caso de las aguas del Silala que disputa con Chile. Es decir, establecerá que éstas son de curso internacional, argumento que fue reforzado por la parte boliviana, sostuvieron los especialistas en relaciones internacionales Álvaro del Pozo, Andrés Guzmán y Javier Viscarra.

Los expertos señalaron que en este proceso se observan varios escenarios, más allá de concluir con una sentencia del tribunal internacional, que están relacionados con una agenda bilateral.

“En la parte técnica de la decisión, podemos prever, incluso por reconocimiento propio del Estado boliviano, que estas aguas por mucho tiempo,en el imaginario boliviano, se creían que eran de absoluta soberanía. A lo largo de los últimos años se ha establecido, comprobado que el curso de agua naturalmente pasa a Chile, pero que habría sido mejorado con la canalización respectiva. Parecería que sobre la naturaleza misma de las aguas no va a haber sorpresas, las aguas parecerían que son internacionales”, indicó Del Pozo.

Guzmán, a tiempo de coincidir con Del Pozo respecto al carácter de las aguas, señaló que el panorama en el tribunal internacional no es muy bueno para Bolivia, ya que, lamentablemente, el Gobierno boliviano reconoció lo que pidió la nación chilena a la CIJ.

“No hay muy buenas expectativas, definitivamente, el caso se va a definir a favor de Chile en la parte que Chile sostiene que es un curso de agua internacional, es lo que Chile ha solicitado y Bolivia ya lo ha reconocido, porque Bolivia dice que parte de las aguas fluye de manera natural y que hay otra parte que fluye de manera artificial. Entonces, hemos hecho un reconocimiento de esa parte, que era la principal del caso”, aseguró.

En esa línea, el diplomático Javier Viscarra afirmó que tanto la demanda chilena como la respuesta boliviana dan lugar a que se determine que las aguas llegan de forma natural a Chile.

“Bolivia se ha allanado a la demanda chilena, en que estas son aguas de curso internacional y que son aguas que transcurren de Bolivia hacia Chile inevitablemente por la gradiente del terreno, o sea de manera natural transcurren (a lado chileno)”, sostuvo Viscarra.

Absurdo

El hecho de haber planteado o anunciado una demanda internacional en la CIJ por las afluentes del Silala, antes de que Chile se adelante y demande al país, fue calificado como un “abrupto” que cometió el entonces presidente

Evo Morales, el 23 de marzo de 2016. En junio de 2016, la CIJ instaló un juicio, puesto que Chile había presentado una demanda contra Bolivia ante la Corte para que declare al Silala “un río internacional con derechos de uso compartido”.

“Lo peor es que en ese momento ya existían evidencias propias, incluso del Estado boliviano, en sentido de que estas aguas no eran necesariamente de carácter unilateral, es decir, que pertenecen sólo a Bolivia, toda vez que ya había cierta documentación que evidenciaba que parte de estas aguas tenían un curso natural hacia Chile, sólo que el flujo había sido mejorado”, aseguró de Del Pozo.

En tanto, Guzmán señaló que fue un error anunciar un juicio, para posteriormente someterse a un proceso instaurado por Chile, más aún cuando era un caso del Estado boliviano con una empresa privada y no uno entre Estados, que es como se ha planteado. Es decir, el Estado chileno no era parte litigante y ahí debió excusarse Bolivia.

“La decisión de aceptar y someterse a la Corte en un caso que, claramente, no teníamos los fundamentos y argumentos para ganar, se sabía que el Silala era un recurso transfronterizo, compartido, ya se tenían algunos estudios que se habían hecho con Sergeomin el año 2003, realmente fue una decisión demasiado temeraria y apresurada de someterse al caso y ahora salir perdiendo”, manifestó.

El 23 de marzo de 2016, Morales, en su calidad de presidente, dijo: “He instruido a Diremar que estudie las alternativas jurídicas para asumir la defensa de nuestras aguas del Silala ante las instancias internacionales”.

Sin embargo, tres años después, ya con la demanda en curso, el 9 de mayo de 2019, Morales habló de negociar con Chile. “Algo quiero que sepan: más agua entra de las cordilleras de Chile a Bolivia, que más agua se va de Bolivia hacia Chile. Si es así la situación geográfica, mejor es negociar, dialogar”.

Soberanía boliviana

De acuerdo con el analista Guzmán, si bien la situación es desfavorable para Bolivia, se podría obtener alguna ventaja en lo que se refiere a lo requerido en una de las contrademandas: “Bolivia tiene derecho exclusivo sobre los canales artificiales y mecanismos de drenaje en el Silala, ubicados en su territorio”.

Ante esto, Chile manifestó que si Bolivia desea desmantelar las obras hidráulicas que las realice, pero que tiene que regirse a lo que establece la normativa internacional.

“El principio de uso equitativo y razonable, cuyo carácter general está enunciado en la Convención de las Naciones Unidas de 1997,  señala que ‘los Estados del curso de agua utilizarán en sus territorios respectivos un curso de agua internacional de manera equitativa y razonable. En particular, los Estados de curso de agua internacional con el propósito de lograr la utilización óptima y sostenible y el disfrute máximo compatibles con la protección adecuada del curso de agua de que se trate’”.

Caudal artificial

Un elemento de mucha controversia es el referido al caudal artificial que Bolivia dice que existe, pero que Chile lo niega. Por lo tanto, este será un aspecto principal a considerar.

“En los alegatos orales los jueces han insistido mucho a los expertos para que les digan cuál es el porcentaje de agua que corre de manera artificial que no llegaría a Chile si no fuera por los canales. Entonces, Bolivia a través de los expertos ha respondido que ese caudal corresponde entre 11 y 33 por ciento, mientras que Chile dice que es sólo 2 por ciento”, dijo Guzmán.

Bajo estas perspectivas y al no existir el concepto de caudal artificial en el derecho internacional, la Corte podría decir que hay que negociar y  llegar a un acuerdo.

“Uno de los petitorios de Bolivia señala que es necesario alcanzar un acuerdo entre las partes para definir el manejo del Silala y las posibles compensaciones”, agregó.

Del Pozo señaló que lo único positivo que puede pasar para Bolivia con el fallo de la CIJ por el Silala “es dilucidar el tema y dar una oportunidad de generar un acercamiento con Chile para gestionar estas aguas, que no son las únicas”.

 

Uso racional

El internacionalista Del Pozo indicó que en este proceso Bolivia tendrá que justificar el uso de esas aguas si es que decide establecer el uso racional. 

“Tenemos que Bolivia, en las Naciones Unidas, trabajó una resolución en la que se encara que el recurso natural del agua es un derecho humano. Hoy en día esas aguas benefician al consumo humano en Chile, por lo tanto, me imagino que sería casi imposible decidir cortar las aguas o que el flujo disminuya porque se estaría atentando contra el elemento vida”, aseguró.


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