La importación de hidrocarburos va en aumento y la producción de gas natural y sus líquidos, en descenso de forma gradual. A esto se suma el incremento de los precios de los combustibles en el mercado internacional.
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La producción de gas y sus líquidos asociados va en declive, el país requiere comprar más gasolina y diésel a precios cada vez más altos, causados por la invasión de Rusia a Ucrania. Expertos advierten que el año cerrará con un déficit comercial energético de 1.000 millones de dólares.
“Tomamos los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a septiembre del 2022 y proyectamos, los últimos tres meses, el promedio anual de importaciones y exportaciones. Eso nos lleva a la figura que hasta fin de año vamos a estar con un déficit energético comercial cercano a los mil millones de dólares”, declaró el exministro de Hidrocarburos Álvaro Ríos.
El reporte de comercio exterior del INE, a septiembre, da cuenta de que el alza de las importaciones responde a compras externas de combustibles y lubricantes “para satisfacer la demanda interna”, con un aumento en 165,3% comparado con el mismo periodo de 2021.
Ríos recordó que entre 2013 y 2014 el superávit energético era de 3.000 a 4.000 millones de dólares y que la situación se volcó por completo. “Lo que es peor –advirtió la exautoridad–: este déficit comercial entre lo que importamos y exportamos va a seguir incrementándose cada año. Esa es la tendencia debido a una menor producción y mayor importación”, afirmó.
Incluso advirtió que de continuar este camino en cinco a seis años el país podría pagar por la importación de diésel y gasolina entre 4.000 a 5.000 millones de dólares; y con bajas exportaciones de gas. “Los efectos son fuertes en la macroeconomía. En caso de no revertir esta situación, vamos a importar cada vez más y depender de los precios internacionales. Cada año tendremos más fugas que ingresos de dólares y esto afecta a las RIN”.
Por su parte, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) informó que en el periodo enero-agosto de este año la balanza comercial asociada a hidrocarburos registró un superávit de 142,62 millones de dólares. La petrolera boliviana saca este resultado alentador sumando exportaciones de gas natural, gas licuado de petróleo (GLP), úrea y comparándola con las importaciones de combustibles.
El analista Hugo del Granado coincidió en asegurar que hay un incremento “continuo” de la demanda de diésel y gasolina; y la producción de YPFB está siempre para abajo. “Este último mes, la producción de gas fue de 38 millones de metros cúbicos (cuando entre 2013 y 2014 era de 62 millones). Al bajar la extracción de gas, baja la producción de líquidos. Por tanto, no hay insumos para alimentar las refinerías, al extremo de que el 70% de diésel que consume el país es importado y el 40% de la gasolina también viene del exterior”.
Del Granado aseguró que cada vez es más cara la importación de los carburantes gracias a tres factores: el incremento del consumo interno, la baja de la producción y el alza de precios en el mercado internacional.
El experto aseguró que al subir el petróleo en el exterior, el precio del gas también subió, pero con la baja producción este incremento de precios no compensa a las importaciones. “Además, se debe sumar la subvención en alrededor de 1.000 millones de dólares al año”, agregó.
¿Alternativas?
Álvaro Ríos considera que una mezcla de 10% a 12% de etanol ayudará, “pero no es la solución”. “Una mezcla del 10% en todo el biodiésel. Un poco de energía renovable ayuda, pero la solución estructural es que se explore en el país, y mientras no tengamos una masiva exploración (las RIN) se van a desangrar”.
Los efectos
Ahorro En los primeros nueve meses del año, las RIN cayeron en 20%, al pasar de 4.753 millones a 3.844 millones de dólares. El 75% de ellas se encuentran en oro y sólo se pueden emplear previa autorización congresal, y el restante se encuentra en divisas.
Comercio Entre agosto y septiembre, el país registró un déficit comercial de 430,6 millones de dólares que fue impulsado, principalmente, por la compra de combustibles y sus altos precios en el mercado internacional. Pese a ello, el saldo comercial de los primeros nueve meses de este año es positivo al llegar a los 960 millones.
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