La semana pintaba intensa en el plano nacional, por aquello de la efeméride cruceña, que siempre deja titulares, y en el internacional, por aquello de la cumbre de la ONU, que siempre deja alguna performance para memes, pero además se coló una declaración de guerra a medias – Putin sigue hablando de operación especial, aunque movilice reservistas – y un Defensor del Pueblo elegido con chicana, como buen abogado boliviano. Mientras tanto, el hedor de la corrupción en la Administradora Boliviana de Carreteras lo empieza a cubrir todo, también en Tarija, donde el pulso por el control del MAS se intenta esconder bajo otras pulseadas. Por partes
Quién va ganando en el pulso cruceño depende de a quién se le pregunte, pero pocos piensan que vaya perdiendo el presidente Luis Arce. De hecho, dados los últimos acontecimientos y el renovado fervor masista del alcalde Johnny Fernández, muchos lo consideran ya fuera de concurso. La pelea en Santa Cruz ya no es entre el nivel departamental y el nacional, como quería Camacho, sino entre la Alcaldía y la Gobernación con la gestión como piedra filosofal. A eso contribuye también la impresión de que Camacho se meta cada vez en peleas más pequeñas e improductivas, como la del Censo, que no logra explicar por qué es tan importante para Santa Cruz, y cometa algunos errores infantiles como el de no invitar al Presidente a los actos oficiales por la efeméride.
Mayoría La bancada de Creemos, con 4 senadores y 16 diputados, suma los dos tercios de la ALP (130+36) junto a los 96 parlamentarios del MAS
Arce no ha dudado en aferrarse al brazo tendido de Fernández, que más sabe por viejo que por diablo, y de momento ya se ha llevado promesas de inversión y palmaditas en la espalda que saben que no le perjudican con su núcleo base de votantes, que más se parece al de Percy que al de Costas. Lo cierto es que la pelea es más profunda de lo que mostramos los medios y hay mucho de personal: nadie olvida que Creemos se formó sobre la sigla de UCS, precisamente la de Johnny.
También es verdad que la efeméride le ha servido a Luis Fernando Camacho para reponer sobre la mesa el asunto del federalismo, ahora con otras mimbres que hace un año por la cobertura mundial de crisis, que pronto hará enojar a los pueblos y buscarán culpables. Eso sí, esta vez deberá esforzarse más en buscar aliados en otros departamentos, porque nadie se lanza al federalismo en solitario salvo que se busquen otras cosas. De momento Camacho mantiene el pulso con el censo y su petición de adelantarlo que el gobierno ya ni escucha ni responde, pero todos saben que Creemos tiene la llave de los tercios que se necesita para asuntos constitucionales ni por qué se podría utilizar.
El Defensor
Curiosamente la resaca de la fiesta cruceña se pagó antes de que empezara: el MAS impuso su Defensor del Pueblo en una sesión perfectamente legal pero que deja a la institución tocada de legitimidad desde el primer día. 32 parlamentarios de oposición decidieron pedir licencia, la mayoría para irse a los festejos, y el Movimiento Al Socialismo se encontró con una mayoría de dos tercios en una sesión cualquiera que no dudó en aprovechar con las facultades que da el reglamento, incluso sin las modificaciones de la última legislatura: cambio de orden del día y adentro. Pedro Callisaya es el nuevo Defensor en medio de fuertes criticas por el accionar de unos y otros.
La cuenta atrás del MAS
Por otro lado, el plazo de 180 días dado por el Tribunal Supremo Electoral para que los partidos actualicen sus directivas llega a su fin la semana que viene, aunque ya personeros de la institución han salido a aclarar que el reglamento no es tan estricto. El partido en problemas es el MAS, que no ha logrado actualizar sus departamentales y por ende, tampoco la nacional, donde Evo Morales, que opta a la reelección, no quiere problemas ni escándalos ni rivales, sino elección por aclamación y está dispuesto a utilizar todos los resortes a su mano.
Uno de ellos es el escándalo por las coimas de la ABC, que a cada vuelta parece más evidente. Esta semana entró en prisión el director de la estatal en Chuquisaca, sobre quien descargó la responsabilidad Henry Nina, el presidente de la misma y señalado incluso desde la entidad más fiel al evismo: la Procuraduría General del estado.
Uno de los hilos sueltos llega por Tarija, donde el director ha vuelto al ojo de la tormenta del mismo MAS que lo señala por tres obras de 2019 que apenas avanzan. No debería haber excusas políticas que impiden llegar hasta el final.
FUENTE : LE PAIS
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