Máxima tensión en el Movimiento Al Socialismo (MAS) después de una semana traumática entre el robo del celular y los celos de Canal 7 y que tuvo su colofón el domingo con la participación semanal de Evo Morales en su programa de Kawsachun Coca y que se ha convertido en su núcleo de poder: cada vez que habla, todos (sus supuestos aliados y amigos) tiemblan.
Ayer disparó de nuevo en la interna aprovechando la tumultuosa intervención en la Administradora Boliviana de Carreteras a cuenta de la supuesta coima cobrada a una empresa China: primero señaló que hacía un año que le había advertido al presidente Luis Arce que había corrupción en la ABC, lo que en sí mismo es una bomba que afecta a los dos, pues al parecer nadie hizo nada, pero evidentemente más a Arce, que para eso es el presidente.
“Incluso en la reunión (del Pacto de Unidad) que tuvimos con el presidente hace dos meses en la Casa Grande del Pueblo transmitimos la preocupación, porque – el pueblo quiero que sepa – la mejor manera de cuidar al presidente Lucho y a nuestro proceso de cambio es combatiendo la corrupción, especialmente interna”.
Hubo más, Morales también aseguró que esa semana había recibido dos pedidos de reunión privada. Una de Henry Nina, que es el presidente de la ABC en representación de los Interculturales y que por ahí son más cercanos a David Choquehuanca, aparentemente el archirrival de Morales en su carrera por la postulación de 2025. La otra de Eduardo del Castillo, declarado también archirrival del bloque cocalero, y sobre el que Evo Morales no descuida una oportunidad para criticarlo, a pesar de que Arce lo ha ratificado sin dudarlo ya en demasiadas ocasiones.
Una frase extraída del encendido discurso del día anterior en Lauca Ñ es lapidaria: “Unos se sacan la mugre haciendo campaña por el instrumento político; algunos felices robando plata o extorsionando al narcotráfico. Eso tarde o temprano va a estallar”, manifestó Morales, lo que parece poner los puntos sobre las íes.
En Lauca Ñ Morales habló también de un “plan negro” contra los cocaleros del que ya vienen hablando los principales líderes de esa organización: “Hay un plan negro para destrozar a Evo Morales, también para Andrónico (Rodríguez), el compañero (Leonardo) Loza y Gualberto (Arispe)”, reveló el exmandatario.
El Gobierno ha salido en tromba a negar ese plan, incluso ministros que se suponían de la extrema confianza de Morales, como Edmundo Novillo, “En una reunión anterior el expresidente Morales ya hizo referencia a este supuesto plan, y le informamos que se hizo todas las investigaciones necesarias y tenemos la certeza de que no hay este plan negro. Nuestro Gobierno, el expresidente, sus exministros y las organizaciones sociales, somos una misma familia», señaló en entrevista en el canal estatal, e incluso el Ministerio de la Presidencia emitió un comunicado oficial al respecto.
Algunos analistas consideran que “la sangre ya ha llegado al río”, pero lo cierto es que ni unos ni otros parecen dar la batalla por concluida.
FUENTE : EL PAIS
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