Argentina busca difícil unidad política tras atentado contra Cristina Kirchner

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La Cámara de Diputados argentina celebró este sábado una tensa sesión especial para tratar de enviar una señal de unidad política y rechazar el atentado sufrido hace dos días por la vicepresidenta Cristina Kirchner, un ataque del que salió indemne pero que mantiene conmocionado al país.

Aún con muchas interrogantes sobre las circunstancias en que se llevó a cabo el ataque en el que un hombre apuntó a la cara de la vicepresidenta con una pistola, y en medio de una tensión política que no cede y por la cual se retiraron rápidamente la mayoría de los parlamentarios de oposición de sala, la Cámara de Diputados se reunió para repudiar el hecho, con un llamado a la convivencia pacífica.

«La Honorable Cámara de Diputados de la Nación expresa su enérgico repudio al intento de magnicidio. (…) Exigimos el pronto y completo esclarecimiento y condena a los responsables de este hecho lamentable, que empaña la vida en democracia. Exhortamos a la dirigencia toda y a la población a buscar los caminos que conduzcan a la paz social», señaló el texto consensuado al último minuto entre bancadas parlamentarias y votado a mano alzada.

A pesar de aprobar el texto, los diputados del partido Pro (Propuesta Republicana, del expresidente Mauricio Macri, el principal de la oposición de centro derecha) abandonaron luego la sesión sin hacer uso de la palabra.

«No queremos que este hecho gravísimo (el intento de magnicidio) sea utilizado con el objetivo de generar más división, asignar culpables y mucho menos convertirse en una tribuna para atacar a la oposición política, Poder Judicial y los medios de comunicación», aseveraron en alusión a los reproches mutuos sobre la supuesta propagación de un discurso de odio.

Entre los opositores que permanecieron en la sesión, el diputado Mario Negri, del Partido Radical (socialdemócrata), deploró «el discurso que enuncia que el violento es el otro».

«Es puro cinismo, es mirar la viga en el ojo ajeno. No ayuda, no es sincero. Hace falta un gran mea culpa para tener la dignidad para convocar a un acuerdo para defender la democracia», dijo Negri.

Ataque

El Senado, que preside la propia Kirchner, ya había condenado formalmente el atentado la noche del jueves, cuando ocurrió.
Kirchner está acusada por presunta corrupción durante sus dos periodos presidenciales de 2007 a 2015, en un juicio que la dirigente denuncia como una persecución. La Fiscalía pidió el 22 de agosto que sea condenada a 12 años de cárcel e inhabilitada políticamente, lo que crispó aún el tenso ambiente político en el país.

Para llegar hasta ella, el atacante se coló entre un grupo de sus seguidores, que desde hace dos semanas y en un clima de creciente polarización la esperaron cada noche a las puertas de su domicilio en Buenos Aires para manifestarle su solidaridad.

El atacante, que fue detenido de inmediato, es un hombre de 35 años, nacido en Brasil de madre argentina y padre chileno. Hasta ahora se ha negado a declarar ante la justicia, que investiga si actuó en solitario o tuvo algún tipo de apoyo.

Para el politólogo Diego Reynoso, de la Universidad San Andrés, el atentado debe obligar a la clase política a disminuir la polarización.
«Pero es difícil saber si se logrará con este nivel de activación política de unos y de otros. Esta crispación no va a ningún lado. No genera estabilidad, no resuelve los problemas de la inflación o del empleo», dijo a la AFP.

Kirchner, de 69 años, líder de la corriente de izquierda del peronismo, tan amada por sus seguidores como detestada por sectores opositores, sigue teniendo gran influencia y poder en Argentina, siete años después de haber dejado la presidencia y uno antes de las elecciones de 2023, sobre las que aún no ha mostrado sus intenciones.

A partir del lunes comenzará la etapa de alegatos de la defensa en el juicio que se le sigue a la ex presidenta y otras doce personas por presunta corrupción. Se estima que su turno será hacia fines de septiembre.

La vicepresidenta ha sido sobreseída en varias causas, pero aún enfrenta cinco procesos judiciales.

FUENTE : LA RAZON


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