Carlos Dabdoub: “No es exagerado decir que estamos viviendo en un narcoestado”

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El 11 de septiembre de 1986, tras la muerte del profesor Noel Kempff Mercado, una multitud de personas salieron a las calles cruceñas protestando contra el narcotráfico y los narcotraficantes. La movilización se denominó ‘la marcha del silencio’ y fue encabezada por Carlos Dabdoub Arrien, presidente del Comité pro Santa Cruz de aquel entonces.

El martes, 28 de junio, en Santa Cruz se produjo un evento similar. Miles de personas marcharon desde la plaza del Estudiante hasta el atrio de la catedral, en la plaza 24 de Septiembre, en contra del narcotráfico y en demanda de una verdadera justicia. Al igual que en 1986, la protesta surgió a raíz de muertes ocasionadas por personas posiblemente ligadas a actividades ilícitas y el Comité pro Santa Cruz fue el ente que convocó.

En entrevista con el programa ‘Influyentes’, de EL DEBER Radio, Dabdoub calificó la marcha como “un llamado de atención a los órganos del Estado de que el pueblo está firme y no va a aceptar el narcotráfico”. Asimismo, concordó con el actual presidente cívico, Rómulo Calvo, en definir la presencia de dos repúblicas dentro de Bolivia.

“Una es la república de Bolivia, digna y soberana que quiere que se cumplan las leyes y que no se acepte el narcotráfico; y otra es la república de la cocaína, que apoya al narcotráfico y tiene su sede en el Chapare”, señaló.

Para Dabdoub, desde 1986 hasta la fecha el narcotráfico en el país avanzó a pasos agigantados. Hizo referencia a un informe de las Naciones Unidas (ONU) que señala que el cultivo de la hoja de coca aumentó un 15% y que el mayor porcentaje de personas que consumen drogas tienen menos de 35 años.

Otro elemento que, según Dabdoub, demuestra que las actividades ilícitas incrementaron es que “el narcotráfico ha penetrado dentro de los órganos del Estado y no es exagerado decir que estamos viviendo en un narcoestado”.

Una de las posibles soluciones que Dabdoub considera oportuna para erradicar con la cultura del narcotráfico, más allá de una reforma judicial, es crear una conciencia ciudadana que rescate valores éticos para defender el país.

«Si no tenemos un pueblo consciente de defender nuestros valores morales, no va a pasar nada», agregó.

FUENTE : EL DEBER


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