“No sé ni su nombre”, la historia detrás de la foto viral del abrazo entre un policía y una estudiante.

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“El señor policía no era mi papá, no sé ni su nombre, ni su apellido, ni su grado”, así de contundente es Gosset Habetswallner, la protagonista  de la foto que se hizo viral en redes sociales bajo una descripción falsa. La imagen capta el momento emotivo que viven un policía que abraza a una joven que protesta por las elecciones nacionales. Sin embargo el rótulo que circula en Facebook describe el encuentro entre padre e hija que se encuentran en plena represión y dice que el uniformado estaba obligado a disparar, pero “se derrumba”.

Para la joven orureña Gosset, que sí protestaba por los hechos irregulares y los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el no saber nada sobre el uniformado hizo que el momento haya sido más significativo aún. “Creo que eso le da más valor a ese abrazo. El hecho de que aún sin conocernos, sabemos que podemos estar unidos, sabemos que personas que no se conocen sienten que no quieren enfrentamientos, eso es lo más valorable de ese abrazo”, expresa la estudiante.

Aunque con un mensaje falso, ésta imagen mostraba que en el enfrentamiento ambos bandos tienen sus familias y que los uniformados obedecen órdenes. Gosset ya había comprendido este mensaje antes y junto a sus amigas se organizaron para apoyar con comida a los policías que realizan la vigilia en el Tribunal Electoral Departamental (TED) de Oruro.

“Si para nosotros marchar es cansador entonces debe ser igual de complicado para el policía cuando aguanta que la gente le insulte o  se acerca a patear su protección. Creo que es un trabajo digno de admirar porque ellos siguen órdenes”, explica.

Ella, junto a sus compañeras, habló con los policías para evitar enfrentamientos de ambos bandos. “decían que  ellos solo estaban resguardando, que algunos habían votado por Mesa, pero la gente les grita, les dice que son unos masistas o vendidos. Creo que la policía debe ser  quien más insultos recibe a lo largo del día”, alega.

Pero ese abrazo tan emotivo, que conmovió a miles de internautas en redes sociales, llegó después de una charla más larga. Ayer el grupo al que Gosset pertenece se reunió con los uniformados. Entraron a la plaza de manera pacífica, con las manos arriba, y conversaron con la policía, los jóvenes les garantizaron que no actuarían con violencia y los guardias les aseguraron que ellos tampoco. La principal condición era no dañar las propiedades públicas y privadas.

“Cuando acabamos la marcha, caminamos un poco más, y en la gobernación nos encontramos con cuatro policías. Hablamos con ellos y les preguntamos si podíamos dejarles agua, dulces para que ellos coman y que no les íbamos a hacer ningún daño”, relata.

El uniformado con el que hablaron les preguntó qué estudiaban y, al igual que un amigo de muchos años, les hizo recomendaciones para este tipo de hechos. Les dijo por ejemplo que en tiempo de manifestaciones hay padres preocupados cuya tensión no pasa hasta que sus hijos lleguen a casa sanos.  “Nos explicó cuál es el trabajo de los policías y  que no pueden permitir ningún tipo de destrozo. Creo que la parte que más me llego es que ellos no quieren enfrentarse con su pueblo,  no es que ellos despiertan en la mañana pensando ‘hoy voy a golpear y gasificar ciudadanos’. Ellos nos contaron que están cansados y que esperan que hasta el viernes  las cosas se pacifiquen y quieren descansar de esto”.

Ese momento Gosset recordó las historias de su papá, que fue voluntario del GACIP (Grupo de Apoyo Civil a la Policía). Él le contaba cómo trabajaba la policía en los enfrentamientos, que alguna vez fueron atacados con llantas rellenas de dinamita. “No es fácil enfrentarse al pueblo, no es fácil saber que eres parte del pueblo y que tus amigos y familiares pueden estarse enfrentando y tú eres parte del otro bando. No es fácil porque quizá cuando vuelvas a tu casa te vas a encontrar con las personas que estaban en la macha”, relata emotiva.

Debían cerrar la conversación con un apretón de manos, pero no fue lo que pasó. Fue todo eso que vivieron: la larga conversación, también ver el rostro cansado de los policías y saber que lo que hacían no es lo que querían, en realidad todos estos sentimientos se unieron  al final. “Por todo eso que he explicado, es que sentí la necesidad de abrazarle. Creo que esa es una muestra de que vamos a salir de ésta, que no somos enemigos, porque somos todos del mismo país y tenemos que defender las mismas cosas. Para mí eso es lo que ha significado el abrazo”, cuenta.

Laura Rosell, su amiga, le tomó esa foto y  la pasó a un grupo de WhatsApp. Horas después vieron esa imagen circulando en Facebook con una descripción totalmente diferente al hecho real. “Decía textualmente que ‘la policía tenía orden de disparar, pero ve a su hija y se desmorona’, entonces, lo más rápido que pudimos empezamos a comentar en la publicación. Pedí que por favor no desinformen a la gente porque es una época de explosión de las redes y hay mucha desinformación”, cuenta.

Sin embargo no todas las fan page tomaron en cuenta su comentario. “Me sentí impactada por esa fotos con mala información. Ha habido páginas que censuraron los comentarios sin pedir disculpas y nada”, cuenta. Sin embargo otros sitios rectificaron la descripción y pidieron disculpas.

Gosset es estudiante de último año de derecho en Oruro. Cuando este medio le preguntó sobre su labor de activismo, ella explicó que no se siente activista, pero es su anhelo. “No me autoproclamo como activista porque siento que me falta mucho para ser de esas personas que no dejan de alzar su voz. Me gustaría ser activista por los derechos humanos. Para mí Bolivia es grande. Creo que cuando nos unimos podemos lograr grandes cosas. Podemos con todo. Latinoamérica nunca la ha tenido fácil, siempre ha habido guerrillas, guerras civiles, dictadores, nos invadieron,  nos hicieron de todo, pero No nos quedamos nunca con los brazos cruzados, los latinos somos valientes. Vamos a defender la democracia por la que pelearon nuestros abuelos y nuestros padres y vamos a salir vencedores”, dice. 

Ayer ella se encontraba en Oruro comprando payasas para los huelguistas de su departamento. «Invitamos a la ciudadanía orureña y a los otros departamentos que cuiden al agente que está ahí. Ellos necesitan materiales de aseo, agua, coca cigarros, porque ellos luchan por nosotros, por lo mismo queremos, y es muy importante, cuidar  a los hermanos bolivianos», esa fue una de sus recomendaciones. 


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