La implementación de la tecnología 5G en las principales ciudades de América Latina tardará entre cinco o seis años debido, principalmente por los altos costos de instalación y operación, dijo a Efe este jueves el vicepresidente y gerente general de Vertiv para Latinoamérica, Fernando García.
Aunque ya se han realizado las primeras implementaciones de 5G en Uruguay, en el resto de la región van a pasar algunos años antes de «empezar a tener una cobertura relevante», afirmó García durante el XXXIV Congreso Internacional Andicom que se desarrolla en Cartagena de Indias.
Según el representante de la compañía más grande del mundo dedicada a asegurar la continuidad operativa de aplicaciones, uno de los obstáculos para una rápida implementación del 5G en Latinoamérica es la alta inversión de capital que requiere su infraestructura.
«En Latinoamérica se estima que de manera agregada en los próximos cinco años la inversión ascenderá a unos 50 o 60 billones de dólares», detalló.
García agregó que por este motivo los operadores de telecomunicaciones «están siendo muy cautos», pues esa inversión «requiere de un modelo económico que les permita rentabilizar esa inversión posteriormente y el modelo económico actual con todas las tarjetas prepago y solo facturando por datos no lo cubre y no lo justifica».
El ejecutivo explicó que los operadores de servicios de telefonía celular están buscando servicios de aplicaciones «que van a poder montar encima de esas redes para brindar servicios adicionales» como la distribución de contenidos por 5G o ciudades inteligentes.
Pese a que no dio cifras exactas, dijo que se necesita una inversión «de entre un 30 % y un 50 %» superior a lo que se empleó para la tecnología 4G.
«Las células de 5G son más pequeñas que las de 4G, por lo que se requiere instalar una mayor cantidad para alcanzar la misma cobertura. Además la tecnología de 5G consume entre dos y tres veces más energía que la de 3G y 4G, entonces el costo de operación de la red será superior», manifestó.
El gran reto que hay hoy entre los operadores es cómo monetizar las redes 5G, pues el usuario no está dispuesto a pagar más por una mayor velocidad.
Por esto, los operadores están buscando formas de brindar servicios adicionales más allá de la telefonía celular y los datos: «Brindar servicios principalmente dirigidos a empresas y no tanto a consumidores para buscar la manera de rentabilizar esas redes», agregó.
García dijo que las tecnologías 5G van a suponer «un cambio radical» en la manera en que los seres humanos se comunican y en la forma en que consumen información.
Lo anterior debido a que esta tecnología tiene dos características que la hacen «revolucionaria»: la velocidad y el ancho de banda, que «equivalen a cien veces el que hoy tenemos con el 4G en los celulares», y la ultra baja latencia.
«Se podrán habilitar una cantidad de servicios y aplicaciones que hoy ni siquiera nos podemos imaginar que van desde realidad virtual hasta coches auto pilotados«, afirmó.
Según García, en Vertiv, donde proveen soluciones y servicios de software dedicados a asegurar la continuidad de las redes de telecomunicaciones y centros de datos, la utilidad del 5G la han clasificado en lo que llaman cuatro arquetipos.
El primero tiene que ver con la distribución masiva de contenidos de entretenimiento como en Netflix o Spotify y el segundo está relacionado con la realidad virtual y la realidad aumentada.
«En muy pocos años ya no usaremos dispositivos bidimensionales sino que usaremos dispositivos que permitan ver en tres dimensiones y que nos permitirán comunicarnos de otra manera», sentenció.
El tercer arquetipo se refiere a las aplicaciones sensibles a la comunicación máquina a máquina, pues más de la mitad del tráfico de internet es generado por robots, sensores y dispositivos que crean una cantidad ingente de información.
De acuerdo con García, este «tendrá mucha aplicación en las transacciones de bolsa, así como en la seguridad inteligente, vídeo vigilancia urbana y reconocimiento facial«.
Por último, se encuentra el que ellos denominan «críticos para la vida» donde se ubican los coches autónomos y la medicina digital.
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