Nació sin manos y el lápiz lo sostiene con los brazos. Sara Hinesleysolo tiene 10 años, pero es un verdadero ejemplo de vida.
Sin complejo y muy segura de sus habilidades se inscribió en un concurso de caligrafía el cual ganó a mucho orgullo. «Lo consideré fácil, por eso me puse a practicar en la escuela», dijo la pequeña.
El premio, por el que ganó 500 dólares, se otorga a un estudiante con un retraso cognitivo o una discapacidad intelectual, física o del desarrollo.
Sara reveló que cuando su profesora le enseñó a escribir en cursiva, descubrió que tenía un talento natural para ello. La niña es alumna de tercer curso en la Escuela Católica Regional de St. John en Frederick, enMaryland, Estados Unidos, informó El Espectador.
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