Expertos: Vender el gas a ultramar aún es “un sueño”

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La exportación de gas natural a ultramar ofrecida por Argentina a Bolivia puede ser considerada como “un sueño”, un proyecto “ a largo plazo”, una “expresión de buenas intenciones” e incluso “una declaración política”, pero la posibilidad real encara al menos tres grandes problemas: la decadente producción de hidrocarburos en Bolivia, los problemas de transporte del gas y, sobre todo, la falta de mercado a nivel mundial.

El análisis corresponde a los expertos en hidrocarburos Álvaro Ríos y Hugo del Granado a propósito de la oferta de exportación de GNL (gas natural licuado) a ultramar expuesta al país durante la visita del presidente Evo Morales a su par argentino Mauricio Macri, el lunes pasado.

Según explica Del Granado, la idea es que una parte del gas boliviano sea licuidificado en una futura planta argentina de GNL, que sería exportado junto con el gas de ese país.

Sin embargo, para esta posibilidad, hay tres problemas: la disponibilidad boliviana de gas (en febrero se tuvo que reducir los volúmenes  exportables por este motivo); el costo de transporte y el comprador. “El mercado mundial de GNL está siendo saturado por la producción de Estados Unidos y porque los precios se encuentran en descenso continuo”, sentenció Del Granado.

Ríos, por su parte, explica que actualmente existe un ducto que conecta Bolivia y Argentina, que tiene buena capacidad, pero para exportar GNL a ultramar, por decir a mercados de Asia, hay que arreglar y condicionar ese ducto. Además, hay que construir una planta de licuefacción en el puerto para finalmente llevarlo por barco a ultramar, pero para hacer todo esto se necesita previamente tener un contrato de compra para al menos unos 10 años.

Nadie va a invertir 3 mil millones de dólares en una planta de licuefacción para después recién ir a buscar comprador. Lo primero es buscar comprador. Después, buscar un inversionista para la infraestructura porque ni Bolivia ni Argentina tienen para invertir (en una nueva planta de GNL y en ductos)”, añadió Ríos, quien explicó que todo este proceso, suponiendo que se comience de inmediato, tomaría al menos unos 10 años.

Consultado si esa planta de licuefacción no podría ser la misma que tiene Argentina, respondió que es muy pequeña con capacidad para procesar sólo 2 millones de metros cúbicos día, y para un proyecto como el descrito hace falta una mucho más grande.

“Yo creo que por ahora es una declaración de buenas intenciones, no hay nada concreto, no hay estudios, no hay comprador de gas, no hay inversionistas, es sólo una idea, una declaración política, un sueño”, remató.

HAY QUE VENDER EN ARGENTINA

Entre los acuerdos del pasado lunes, están que YPFB podrá participar en Argentina de proyectos de exportación de GNL a ultramar.

También se habló de la posibilidad de que YPFB compre acciones en una refinería propiedad de YPF Argentina, Petrobras y la empresa Pampa Argentina, que podría ser la tercera refinería de propiedad boliviana.

Según el analista Álvaro Ríos, lo que hay que pedir a Argentina es que abra sus mercados para que Bolivia compita con industriales y distribuidoras de gas.

Entre los acuerdos logrados, sólo se habla de “continuar las negociaciones para que YPFB venda gas natural de forma directa a empresas privadas y consumidores finales en el mercado argentino”.

Los Tiempos


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