ATENTADO SRI LANKA Más de 200 muertos tras ocho explosiones en iglesias y hoteles de lujo en Sri Lanka

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Una cadena de ataques llega mientras numerosos fieles celebraban el día de Domingo de Resurrección.

Al menos 207 personas murieron, entre ellas una treintena de extranjeros, y unas 450 resultaron heridas en el Domingo de Resurrección más sangriento de Sri Lanka. Una serie de ocho ataques terroristas coordinados en varias ciudades contra cuatro hoteles, un complejo residencial y tres iglesias, donde numerosos fieles celebraban una de las grandes festividades cristianas, han supuesto la mayor tragedia desde el fin de la guerra civil en el país, hace una década. Los ataques, que se sospecha que fueron perpetrados por suicidas, no han sido reivindicados.

Atentados en Sri Lanka

Entre los fallecidos se cuentan dos ciudadanos turcos, un holandés y varios británicos. Tras las ocho explosiones, el Gobierno ha decretado el estado de emergencia, ha bloqueado la mensajería instantánea –como WhatsApp– y las redes sociales –Facebook– y la policía ha impuesto el toque de queda con efecto inmediato ante el temor a nuevos ataques.

Se han detenido a siete personas en relación a los ataques, según medios locales. En una de las actuaciones, tres policías fueron asesinados en el registro a una casa.

Ocho explosiones

Seis explosiones ocurrieron de forma coordinada hacia las 08.45 de la mañana

Las seis primeras explosiones ocurrieron de forma coordinada hacia las 8.45 horas locales en tres hoteles de lujo en Colombo –el Cinnamon Grand, el Kingsbury y el Shangri-La, todos de categoría cinco estrellas–; en una iglesia de la capital; otra en un templo de Katana, en el oeste del país; y un tercero en Batticaloa, en el este de la isla, explicó el portavoz de la Policía de Sri Lanka, Ruwan Gunasekara.

La séptima detonación, en la que hubo dos fallecidos, se registró horas más tarde en un pequeño hotel situado a unos 100 metros del zoo de Dehiwala, un suburbio ubicado a una decena de kilómetros al sur del centro de Colombo. A primera hora de la tarde se produjo la octava explosión en un complejo residencial en Dematagoda, en Colombo.

Los católicos de Sri Lanka, como los del resto del mundo, asistían a la misa de Pascua el domingo, una de las fechas más destacados del año religioso cristiano. Tras los atentados, todas las celebraciones de Pascua han sido canceladas.

“Escenas horribles. He visto miembros amputados esparcidos por todos lados. Equipos de emergencia están desplegados en su totalidad en todos los puntos. (…) Hemos llevado muchas víctimas al hospital, esperamos haber salvado muchas vidas”, aseguró en Twitter el ministro de Sri Lanka para las Reformas Económicas y la Distribución Pública, Harsha de Silva, tras visitar varios de los lugares atacados.

Las imágenes difundidas por los medios locales muestran la magnitud de la explosión en al menos una de las iglesias, con el techo del templo semidestruido, escombros y cuerpos esparcidos mientras la gente trata de socorrerlos.

Todas las escuelas del país permanecerán cerradas el lunes y el martes, según ha confirmado el Ministerio de Educación.

Los ataques contra minorías religiosas en la isla se han venido repitiendo en el pasado, los últimos de relevancia en 2018, cuando el Gobierno tuvo que declarar el estado de emergencia después de se produjeran enfrentamientos entre musulmanes y cingaleses budistas con dos muertos y decenas de detenidos. En Sri Lanka la población cristiana representa el 7%, mientras que los budistas son cerca del 70%, los hinduistas son el 15% y los musulmanes el 11 %


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