Una funcionaria de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, que se desempeñaba como contadora en la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Financieras, ha sido enviada al penal de Palmasola acusada por haber malversado fondos por un monto de Bs 1.553.974,37, informó el abogado de dicha facultad, Wálter Suárez.
Se trata de Romy Daniela Ibáñez Zabala, quien trabajaba en la Uagrm desde 2008, y como contadora de la facultad desde el 2016. Una jueza, en audiencia cautelar llevada a cabo el miércoles, determinó su detención preventiva en el penal de Palmasola.
El abogado explicó que el desvío de fondos se hizo a través de la emisión de 150 cheques a “proveedores”, que en realidad eran seis estudiantes que actuaban en calidad de cómplices y que se encargaban de cobrar los cheques en las entidades financieras. A cambio de esto, recibían montos de dinero.
Indicó que el desvío de fondos fue descubierto en marzo del año pasado por el jefe administrativo al hacer una revisión dentro el departamento de contabilidad. Dio parte a sus superiores y el 9 de abril el rector Saúl Rosas ordenó que se haga una auditoría interna, la cual determinó la cantidad de cheques y los montos malversados.
En mayo, con los primeros indicios de la auditoría, el caso fue denunciado ante la Unidad Anticorrupción del Ministerio Público. Remberto Soto, fiscal asignado al caso, a través de la investigación, logró dar con la autora y también con al menos seis estudiantes involucrados.
Los estudiantes fueron acusados por el delito de receptación de dinero proveniente de corrupción. El lunes, en audiencia cautelar, dos de ellos fueron favorecidos con medidas sustitutivas.
Juana Borja, decana de la facultad, a tiempo de lamentar esta situación dijo que este desfalco se detecta en esta gestión, pero que la auditoría constató que desde el 2016 la funcionaria venía cometiendo irregularidades. “Eso implica tres gestiones, con autoridades diferentes”, agrega.
El dinero no aparece
Ahora la facultad busca la forma de recuperar dichos recursos. Se desconoce qué hizo la contadora con el dinero desviado.
“Se han duplicado esfuerzos para que los sistemas de control funcionen; lamentamos la situación que encaramos”, manifestó la decana.
EL DEBER
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