El abogado Jhasmany Torrico, que fue filmado torturando a sus víctimas, se encuentra detenido en la cárcel de El Abra, y tiene dos procesos penales en su contra, informó la Fiscalía.
El jurista está encarcelado desde noviembre del año pasado, sin embargo, en las últimas horas su caso reflotó porque se difundieron videos en que se le observa amedrentando, golpeando, gritando y amenazando a víctimas para que paguen supuestas deudas.
Los videos causaron conmoción en la ciudadanía. El Fiscal Departamental de Cochabamba, Juan de la Cruz Vargas, informó que el Ministerio Público analizará las filmaciones de oficio.
El abogado Jhasmany tiene dos procesos vigentes en su contra. El primero por los delitos de Extorsión, Secuestro y Lesiones, cuya víctima es un mecánico; y el segundo caso, por Organización Criminal, Robo Agravado, Coacción, Vejaciones y Tortura, donde la víctima es su propio padrastro.
El fiscal Vargas aclaró que las torturas filmadas corresponden al periodo anterior a que el abogado sea detenido, pero no existen denuncias al respecto.
“Estas personas que están siendo intimidadas, golpeadas y sometidas a situaciones de tortura seguramente tienen, también, que tomar la decisión de presentarse ante el Ministerio Público para hacer la denuncia correspondiente. En todo caso el Ministerio Público tiene un programa de protección a las víctimas que ya ha sido activado”, explicó.
Vargas agregó que el caso de Jhasmany es investigado por una comisión de fiscales, por su relevancia y complejidad.
Este jurista que cuenta con varias denuncias, está actualmente con detención preventiva en el penal de El Abra. La Fiscalía lo investiga por los delitos de secuestro, extorsión, lesiones graves, amenazas, organización criminal, y otros, cometidos contra un mecánico.
El 16 de marzo de 2018, Wilder G.M., abogado del consorcio jurídico Leclere cuyo propietario es Jhasmany T. L., llegó al taller mecánico de Juan Antonio Cuellar solicitando auxilio mecánico, ya que su vehículo habría sufrido algunos desperfectos. Según la declaración de la víctima, esta persona llegó en un taxi, en el que llevó a Juan Antonio luego de convencerlo.
“Fui por mis herramientas y me subí al taxi. Unas cuadras más allá, subieron dos personas más. Una de ellas habló por teléfono y dijo ‘ya lo tenemos, mi capitán’. Luego empezaron a golpearme. Uno de ellos me puso un cuchillo en las costillas y me aturdieron con un torito. Luego me encapucharon”, relató el mecánico en aquella oportunidad.
Según la investigación, se obligó al mecánico a firmar documentos aceptando la devolución de $us 20.000 de un anticrético.
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