“Entramos, estábamos jugando, sacamos el cargador lo veíamos en nuestra imaginación porque no sabíamos lo que estábamos hurgando”, señaló Russel M. N. Este jueves se instala la audiencia de medidas cautelares para definir su futuro legal.
A los dos les restaba solo días para recibir su libreta del servicio militar que cumplieron juntos en el Regimiento de Infantería Policía Militar-3 General Esteban Arze de Cotapachi y ya hacían planes para su futuro, pero el destino les jugó un mala pasada la noche del lunes 7 de enero. En medio de un juego, Russel M. N. jaló el gatillo de la pistola calibre 9 milímetros de uno de sus instructores, cuyo proyectil impactó en el pecho de Juan José Flores Mamani y lo hirió de muerte.
Desde una celda policial de Quillacollo, Russel, de 19 años, la misma edad de su camarada fallecido, rompió el silencio en medio de su dolor y contó lo que ocurrió ese día a las 22.40.
Dijo que está arrepentido de lo sucedido y reveló que Flores había sido quien en primera instancia manipuló el arma letal en medio de un juego que tenía como fin tomarse selfies, es decir, autoretratarse con el vasto armamento del furrielato, el nombre que se da en los cuarteles a los depósitos de armas.
“Me di la vuelta, lo vi a él, ya había estado hurgando (el arma) en su mano, no sé de dónde la había sacado, no lo vi, pero estábamos al mando de un soldado que estaba encargado de las llaves (de la armería)”, reveló en un contacto con la red ATB.
“Entramos, estábamos jugando, sacamos el cargador lo veíamos en nuestra imaginación porque no sabíamos lo que estábamos hurgando, tenía balas el cargador y los sacamos sin saber nada de eso porque no tenemos instrucción y por ser curiosos se nos fue el percutado”, añadió.
Luego rompió en llanto y contó que “quedó herido, (el arma) estaba en mis manos, estaba en shock, no supe qué hacer, corrí”. Otro de sus camaradas le había ayudado a auxiliarlo y a presionar el pecho para detener la hemorragia.
El comandante Departamental de la Policía de Cochabamba, coronel Vladimir Pol, informó el martes que todo ocurrió en uno de los furrielatos o armerías de esa repartición militar.
“Ingresan a hacer limpieza del armamento que se encuentra en el lugar y uno de ellos acciona un arma de fuego, una pistola calibre 9 milímetros y el proyectil impacta en la humanidad del soldado José Flores Mamani de 19 años, el mismo que ha sido evacuado inmediatamente”, indicó.
De forma paralela, el Comando de la Séptima División del Ejército informó que esa noche se desarrollaba “una actividad rutinaria en la sala de armas y que por la mala manipulación de soldados de un arma de guerra pues uno de ellos ha sido herido de gravedad”.
Flores no resistió los efectos del impacto de bala y el trajín por dos hospitales y falleció en el tercero a las 03.00 tras una intervención quirúrgica.
“Lo siento mucho, demasiado, es uno de mis amigos, estoy totalmente arrepentido, cómo pasó esto”, dijo el sindicado, quien ha pedido perdón a la familia doliente.
Su abogado Vladimir Serrate reivindicó su inocencia y aseguró que la “culpabilidad no existe” porque “estaban maniobrando el arma entre ambos”, una tesis, que, dijo, corroboraron los soldados que estaban presentes en la armería.
Russel M. N. no ha encontrado paz en su celda, en las próximas horas se instalará la audiencia de medidas cautelares en la que se definirá su futuro. Dijo que quería darle el último adiós a Juan José.
“Quería estar con él en el entierro, acompañarle por última vez, era mi mejor amigo. (Rompe en llanto)”, relató al diario Los Tiempos. (10/01/2019)
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